Mientras soñaba Un espacio para compartir todo aquello que se me pase por la cabeza. Pensamientos, viajes, naturaleza, cocina, moda, música... ¡Anímate a soñar conmigo!

domingo, 11 de noviembre de 2018

Ruta de los Lagos de Saliencia

La Ruta de los Lagos de Saliencia que os vamos a presentar es una ruta de gran belleza natural compuesta por varios lagos. El que su longitud de sólo ida sea de 14 kms puede parecer poco adecuada para muchas personas, pero se puede acortar y adaptar el recorrido según las familias y edades. Nosotros que íbamos con un bebé de meses fuimos hasta el primer lago, el lago de la Cueva que os lleva alrededor de 20 minutos y luego, si tenéis ganas, se puede subir al resto de lagos.




Esta minirruta que hicimos de los Lagos de Saliencia se desarrolla dentro del Parque Natural de Somiedo, declarado Reserva de la Biosfera en el año 2000. Está marcada como la ruta PR AS 15 y  se desarrolla entra el Alto de la Farrapona, pasando por los Lagos de Saliencia y finalizando en el pueblo de Valle del Lago.

Partimos del alto de la Farrapona a 1700 m de altura (por lo que hará fresquito hasta en pleno verano), hasta allí podremos llegar por carretera desde el valle de Saliencia, se llega desde Oviedo en aproximadamente una hora. Según nos vayamos acercando veremos paisajes de gran belleza y panorámicas de montañas impresionantes, por lo que nos haremos una idea de la maravilla que nos espera hoy.

En el alto hay un aparcamiento, amplio y con buenas vistas, como nosotros llegamos a mediodía directamente hicimos nuestra comida allí, antes de salir.No hay sombra, luego o venís preparados o tendréis que esperar más adelante para hacer vuestro picnic. Desde el aparcamiento parte en dirección oeste una pista de tierra en suave descenso que nos llevará en unos veinte minutos al lago Negro o de la Cueva. Antes de llegar al lago, al poco de empezar la ruta encuentras un mirador sobre el valle de Saliencia hacia Asturias que a mi me dejó sin habla, es de lo más bonito que he visto.










Luego, el lago se encuentra en un lugar espectacular y ya acceder a él será una delicia para toda la familia. También está la entrada a la mina de Santa Rita que en pleno verano como fuimos despedía una corriente glacial, que refrescaba nuestro cuerpo de la temperatura estival. Sólo nos acercamos un poco porque nos parece peligroso ante posibles derrumbes pero en ella se encuentran restos de túneles, galerías, pozos, antiguas construcciones, antiguos railes de vagonetas mineras… Al llegar al lago tienes un teito, una cabaña con el techo de paja rehabilitada y un sendero que rodea el lago por completo para verlo desde todas las perspectivas posibles. 
Nosotros íbamos con un bebé de meses con lo que no nos planteamos explorar mucho más pero a nada que caminemos, por lo que he visto en la red podrás alcanzar los lagos Cerveriz, Calabazosa, etc. Quizás el verano que viene nos animemos a subir de nuevo con las peques ya más mayorcitas para ver los que dicen son los lagos más bonitos de Asturias, aunque la fama (bien merecida sin duda) se la lleven los de Covadonga por ser también los más conocidos.
Lago de La Cueva o aquí si que parece, Lago Negro

Entrada a la mina de Santa Rita


El bebé mojó los pies también en este precioso lugar


viernes, 2 de noviembre de 2018

No Dejes Pasar Las Oportunidades

Un hombre recibió una noche la visita de un ángel, quien le comunicó que le esperaba un futuro fabuloso. Se le daría la oportunidad de hacerse rico, de lograr una posición importante y respetada dentro de la comunidad y de casarse con una mujer muy hermosa.

Ese hombre se pasó la vida esperando que los milagros prometidos llegasen, pero nunca lo hicieron, así que al final murió solo y pobre.

Cuando llegó a las puertas del cielo vio al ángel que le había visitado tiempo atrás y protestó:

-Me prometiste riqueza, una buena posición social y una bella esposa. ¡Me he pasado la vida esperando en vano!

-Yo no te hice esa promesa, replicó el ángel, te prometí la oportunidad de riqueza, una buena posición social y una esposa hermosa.

El hombre estaba realmente intrigado. “No entiendo lo que quieres decir”, confesó.

-¿Recuerdas que una vez tuviste la idea de montar un negocio, pero el miedo al fracaso te detuvo y nunca lo pusiste en práctica? El hombre asintió con un gesto.

-Al no decidirte, unos años más tarde se le dio la idea a otro hombre que no permitió que el miedo al fracaso le impidiera ponerla en práctica. Recordarás que se convirtió en uno de los hombres más ricos del reino.

-También recordarás, prosiguió el ángel, aquella ocasión en que un terremoto asoló la ciudad, derrumbó muchos edificios y miles de personas quedaron atrapadas en ellos. En aquella ocasión tuviste la oportunidad de ayudar a encontrar y rescatar a los supervivientes, pero no quisiste dejar tu hogar, solo por miedo a que los muchos saqueadores que había te robasen tus pertenencias. Así que ignoraste la petición de ayuda y te quedaste en casa. El hombre asintió con vergüenza.

-Esa fue tu gran oportunidad de salvarle la vida a cientos de personas, con lo que hubieras ganado el respeto de todos ellos, continuó el ángel.

-Por último, ¿recuerdas aquella hermosa mujer pelirroja, que te había atraído tanto? La creías incomparable a cualquier otra y nunca conociste a nadie igual. Sin embargo, pensaste que tal mujer no se casaría con alguien como tú y para evitar el rechazo, nunca llegaste a proponérselo.

El hombre volvió a asentir, pero ahora con lágrimas.

-Si amigo mío, ella podría haber sido tu esposa, dijo el ángel. Y con ella se te hubiera otorgado la bendición de tener hermosos hijos y multiplicar la felicidad en tu vida.

A todos se nos ofrece a diario muchas oportunidades, pero muy a menudo -como el hombre de la historia- las dejamos pasar por nuestros temores e inseguridades.

Pero tenemos una ventaja sobre el hombre del cuento.

¡Aún estamos vivos!





sábado, 20 de octubre de 2018

Crema de calabacín (III)

Si seguís a menudo el blog, sabéis que para las cenas me encantan cremas y sopitas ligeras. Si además es para los niños, siempre buscas alimentos que les gusten pero incorporando variaciones. Hoy os traigo la tercera versión de la crema de calabacín. Si hay una hortaliza todo terreno es el calabacín, ya que podemos encontrarlos todo el año en los mercados, y podemos usarlo para infinidad de recetas. A esta receta se han rendido mis hijas y como siempre, en el blog, fácil, sencillo y barato.
Esta receta es la típica y tradicional, una crema suave y ligera, que podemos acompañar de picatostes de pan crujientes o jamón salteado. Es una opción más para comer sano en casa, podéis optar también por una deliciosa crema de zanahoria o esta crema de coliflor. Calentitas, saludables y muy fáciles de preparar.

Ingredientes 
600 gr. de calabacín
1 cebolla mediana
1 patata mediana
100 ml de nata (podéis sustituirla por leche, incluso por leche de soja)
250 ml de caldo de verduras
Aceite de oliva virgen extra
Sal (al gusto)
Pimienta negra recién molida (opcional)

Elaboración:
Lo primero que hacemos es pelar y picar en juliana la cebolla, luego hacemos lo mismo con la patata, pero en este caso la cortamos en dados. Por último, añadimos aceite a una cacerola y sofreímos la patata y la cebolla 5 minutos a fuego medio. Añadimos sal al gusto.

 




A continuación, cortamos los calabacines en trozos, quitando la piel y picándolos en dados pequeños, añadiéndolos luego a la cazuela. Si quieres dar una nota de color, podrías utilizar parte de la piel del calabacín y añadirla junto con el resto de ingredientes.Mezclamos y seguimos cocinando unos 5 minutos a fuego medio, así irán ablandando las hortalizas.Salamos ligeramente de nuevo. Añadimos en este momento el caldo de verduras o en su defecto, si no tenéis caldo, agua caliente, de modo que cubra todas las verduras.Cocemos 20 minutos a fuego medio, tapando la cazuela, de manera que esté siempre hirviendo suavemente.















Una vez pasado este tiempo, retiramos del fuego,  añadimos la nata (si la queréis más ligera podéis usar leche evaporada, leche entera o leche desnatada) y mezclamos bien. Con el calor residual se irá haciendo suavmente, trituramos con la batidora y vamos comprobando el punto de la crema.


Queremos que quede ligera, no como un puré. Si nos ha quedado espesa, podemos añadir un poco más de caldo hasta conseguir la textura deseada.
Y con estos sencillos pasos ya estaría lista la crema de calabacín. Probamos y rectificamos de sal si es el caso. ¿Que os ha parecido, sencillo verdad? Mis peques han repetido, les ha encantado.
¿Os animáis a probar?



jueves, 13 de septiembre de 2018

Bizcocho de naranja y chocolate

Si, estáis leyendo bien. En pleno verano y en plena ola de calor estaba haciendo esto, bizcocho. El horno es algo que ahora en verano cuesta encenderlo, pero no puedo resistir la tentación, ahora que las niñas están de vacaciones  y gastan tantas energías, prepararles para los desayunos y meriendas estos dulces tan ricos y que tanto les encantan, así evitamos que consuman otras cosas menos recomendables y que a ellos tanto les gustan.
Además, me encanta el olor que queda en casa tras hornear estos bizcochos, que siempre nos hace recordar etapas familiares y entrañables, que esperemos sean los que tengan nuestros hijos con el tiempo.

Ingredientes:
100gr de pepitas de chocolate negro o con leche
250gr azúcar
1 naranja
3 huevos
100ml leche
100ml aceite
250gr harina
1 sobre de levadura
1 pellizco sal
Azúcar glass 
Elaboración:
Precalentar el horno a 180ºdurante al menos 10 minutos.
Ponemos el azúcar, los huevos, la naranja en cuartos con piel y todo y trituramos todo durante algunos minutos con ayuda de una batidora hasta conseguir una mezcla sin grumos y algo espumosa. Añadimos la naranja en trozos con piel y todo (bien lavada por supuesto y quitándole las  pepitas) pues he probado con ralladura y de esta forma y con la piel está mucho más rico y te aseguro que sólo es un toque de naranja en el sabor, suave. A continuación incorporamos el aceite, la leche y mezclamos.Luego, vamos añadiendo la harina tamizada, la levadura y la sal y mezclamos hasta tener una masa homogénea.



Volcamos las perlas de chocolate en la mezcla, removemos con movimientos envolventes para que se reparta bien por toda la masa y no se derritan las perlas. Colocamos en nuestro molde previamente engrasado o bien colocamos en el mismo un papel de horno.


Horneamos durante 60 minutos a 180º. Por lo que he podido ver cuando lo he hecho para mi horno este bizcocho necesita más tiempo que otros, supongo que debido al líquido que procede de la naranja le cuesta más hacerse.Con otros bizcochos más secos el tiempo que me tarda es alrededor de 40/45 minutos. Este tiempo puede variar dependiendo del horno que tengamos, tendremos la precaución de estar pendientes y pinchar con una aguja para comprobar que está listo. En mi caso tardó casi una hora en hacerse bien.


Sacamos, dejamos enfriar sobre una rejilla antes de desmoldar y decoramos con azúcar glass. Antes de poner la masa en el molde podéis cortar unas rodajas de naranja finitas y colocarlas en la base, da un gusto fantástico y ademas si usas molde redondo podrás tener la decoración perfecta para tu bizcocho al darle la vuelta. También podéis optar por añadir ralladura de naranja y darle un toque en el horno, queda muy bueno. Otra idea que se me ocurre es hacer un glaseado de naranja con zumo de naranja y azúcar glass, os recuerdo como hacerlo, no puede ser más sencillo. Vertemos los 80 g de azúcar glass en un bol, añadimos las 2/3 cucharadas soperas de zumo de naranja y removemos hasta que se quede una pasta homogénea y de textura gomosa. Esta se deposita sobre el bizcocho una vez lo hayamos desmoldado y enfriado y se queda, despues de un tiempo de reposo, como una capa sólida, cristaliza. Ayudaros de una espátula o superficie plana para extenderlo sobre el bizcocho.

domingo, 15 de julio de 2018

Berenjenas rellenas de carne picada

Os traigo hoy una receta un poco diferente a lo que os tengo acostumbrados últimamente, es fácil pero un poco entretenida. Es algo que de pequeña me apetecía mucho pero lo de las berenjenas como que no eran muy comunes en mi pueblo, que tirábamos de lo que da la tierra. Ahora ya llega todo a todas partes y además, ahora que es temporada de ellas, a muy buen precio.



Con respecto a esta receta, deberíais saber que:

  • Las berenjenas se  caracterizan por la cantidad de antioxidantes que tienen.
  • Al trocear los alimentos aumentas la relación superficie/volumen del alimento con el medio de cocción y de este modo aumentará la rapidez y/o eficacia del cocinado.
  • El pimiento verde tiene propiedades diuréticas, es decir, facilita a la eliminación de líquido del organismo.

Ingredientes:
2 berenjenas medianas
300 gr de carne mitad cerdo mitad ternera
1 cebolla
2/3 dientes de ajo
100 g de tomate triturado
1 pimiento
150 g de queso para gratinar
Aceite de oliva virgen
Sal
Pimienta negra
Tomillo y Romero (1 cucharadita, mitad y mitad)

Elaboración:
Lavamos las berenjenas, las cortamos por la mitad y les quitamos la parte del tallo. Les hacemos varios cortes longitudinales a cada mitad y luego transversales, a modo de malla o rejilla. Hecho esto, las ponemos en una bandeja de horno, regamos la parte de la carne con un pequeño chorrito de aceite (la berenjena lo absorberá enseguida) y lo metemos en el horno, previamente calentado a 180ºC. Dejamos aquí unos 20 minutos

Por otro lado, cortamos la cebolla, el pimiento y el ajo en trozos muy pequeños y con ello hacemos un sofrito a fuego suave. Añadimos sal a la verdura para que sude y se haga mejor y por último le damos un toque de pimienta negra para realzar el sabor. Lo dejamos hacer unos 15 minutos. Podemos hacer esto en paralelo con las berenjenas en el horno.
Una vez se ha hecho la berenjena en el horno, las retiramos y dejamos que se templen un poco. Después, con una cuchara retiramos la pulpa, manteniendo la cáscara intacta, la cual reservamos. Al estar parcialmente horneada, se separará muy fácil. Añadimos la berenjena, previamente picada, al resto de verdura y lo removemos para integrarla bien.  


A continuación, añadimos la carne, procurando hacerla más pequeña con la cuchara de madera para que quede un relleno lo más uniforme, con los trozos de carne pequeños y lo más integrado con el resto de ingredientes.  Una vez han pasado unos 2/3 minutos, añadimos el tomate triturado y una cucharadita de tomillo y romero (mitad  tomillo y mitad romero) para darle un toque que os gustará mucho. También podríamos usar orégano en su lugar, que es lo más habitual, pero esta combinación a mi me ha encantado. Mezclamos bien los ingredientes y dejamos que se hagan unos 30 minutos a fuego suave para evaporar el agua y que se integren bien los sabores.


Una vez está listo, vamos rellenando las cáscaras que habíamos reservado previamente. Las cubrimos con queso parmesano y gratinamos unos 10 minutos al horno. 



Ya que estáis con el horno encendido y estáis en faena. Con aumentar un poco los ingredientes tendréis un plato perfecto para otro día ya que se pueden congelar una vez cocinadas antes de gratinarlas.




Con estos pasos, tendremos unas berenjenas rellenas de carne al horno que son un auténtico manjar, baratas de hacer y nada difíciles, ¿te animas a hacerlas en casa?

lunes, 2 de julio de 2018

Crema suave de espárragos verdes

No me gustan los espárragos, los detesto... pero resulta que estando yo en el hospital para dar a luz a mi hija mayor, pues oye, me pusieron crema de espárragos... y yo había oido eso de que te pueden tener horas sin comer y con contracciones y todo, venga crema de espárragos (me dejaban, eh?) y la verdad, que para mi sorpresa me gustó.

Por eso la hago de vez en cuando en casa, lo que pasa, que para los niños debe ser un tanto amarga, esta no les gustó como las otras, o sea que más bien si queréis daros un capricho para vosotros y con pocas calorías. Como siempre, os pongo una receta muy facilina.Además, el espárrago tiene muy pocas calorías debido a su alta proporción de agua, y su elevado contenido en fibra aporta sensación de saciedad ayudando a reducir el apetito.

Ingredientes
2 manojos de espárragos trigueros
2 cebollas grandes
1 puerro
200 ml. de nata o crema de leche
300 ml de agua o caldo de ave
50 ml de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)
Para decorar: queso parmesano rallado

Elaboración

Limpiamos los espárragos bajo el grifo, en esta receta vamos a usar la parte más gruesa.Las puntas, si gustáis podemos saltearlas al final y usarlas para decorar el plato. Así, el tronco lo vamos a partir en pequeños trocitos para que se hagan fácilmente al hacer el sofrito con el resto de verduras.


Pelamos las cebollas y el puerro, quitando las capas exteriores, abriendolas por la mitad y lavándolas bien. posteriormente, las picamos finas. A continuación, vertemos un poco de aceite de oliva y sofreímos todo unos 5 minutos a fuego medio. Echamos un poco de sal para que suelte parte del agua y removemos bien la cebolla y el puerro.


Añadimos a la cacerola ahora los trocitos de espárrago salteando todo bien otros 5 minutos. Luego vertemos la nata y el caldo en la cazuela dejando cubiertos todos los ingredientes.
Cocemos 10 minutos a fuego alto, echando un vistazo de vez en cuando para que no se nos quede sin caldo y se nos pegue. Probamos y salpimentamos al gusto en el momento que comience a hervir.Pasado el tiempo de cocción retiramos del fuego la cazuela.



Trituramos bien con la batidora de mano o con el vaso batidora, resultando una mezcla con textura de puré ligeramente espeso.Después de triturarlo tenéis la opción de pasarlo por un colador o un chino. De esta forma ayudaremos a quitar todas las hebras de los espárragos.
Por último nosotros añadimos un poco de queso rallado parmesano para darle un toque más, a mí me encanta. ¿Os animáis a probar?

domingo, 27 de mayo de 2018

Cuanto más perdido, más imaginación

Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso desde el primer momento se procuró un chivo expiatorio para encubrir al culpable.
El hombre fue llevado a juicio, ya conociendo que tendría escasas o nulas chances de escapar al terrible veredicto ¡la horca!
El juez también complotado cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado:
-Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tu escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino.
Por supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda “culpable”, y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa.
No había escapatoria. El juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Éste respiró profundamente y quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes, le reprocharon airadamente:
-Pero, ¿qué hizo? Y ahora, cómo vamos a saber el veredicto?
-Es muy sencillo- respondió el hombre. Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué-.
Con rezongos y bronca mal disimulada debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Moraleja: Sea creativo. Cuando todo parezca perdido, use la imaginación. “En los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.

En momentos de crisis es cuando nuestro ingenio se agudiza y las ideas fluyen con más intensidad. La escasez de recursos, la velocidad de los acontecimientos, la incertidumbre continua, nos lleva a salir de nuestro centro de confort y a ser más creativos. Qué fácil es decirlo y como cuesta hacerlo, pero se gana, siempre ganas conocimiento y experiencia. 


viernes, 25 de mayo de 2018

Monasterio de Piedra (Zaragoza)

Después de los puentes, que no hemos aprovechado para viajar esta vez, me da por recordar uno de los viajes para mí más sorprendentes y gratos que recuerdo. Fue un periplo por Aragón desde el sur, cerca de Calatayud terminando por Bielsa, al ladito mismo de Francia, en la provincia de Huesca. Fue formidable y hoy os escribo un poco sobre la primera parada de este viaje, que discurre por las cercanías de Calatayud, se trata de una visita al Monasterio de Piedra, en Nuévalos, Zaragoza. 



Cuando digo sorprendente es porque no me imaginaba la variedad de paisajes, naturaleza y arquitectura que encontré en Aragón. Fue un viaje nada preparado, no tuvimos tiempo de informarnos, solo de coger hoteles en función de lo que habíamos oído. Una de las sorpresas mayúsculas fue este lugar: cascadas impresionantes (una enorme como una cola de caballo, un lago que parece un espejo...), todo verde y con exhibiciones de rapaces, además de un monasterio donde se celebran bodas...Pues imaginad eso en medio de Zaragoza...en una zona súper seca, de hecho cerquita está el desierto de los Monegros, no te esperas encontrar oculto un paraje tan verde y lleno de vegetación como es el Monasterio de Piedra.
Nada más llegar al Monasterio de Piedra lo primero que ves es el parking gratuito, justo a la derecha de la entrada al conjunto monumental y al parque. El precio de la entrada del circuito completo es de unos 15€, 8€ en el caso de que sólo visites el edificio religioso, y se puede comprar en taquilla o a través de la página web oficial. Los caminos del parque están en muy buen estado y es una ruta muy sencilla (salvo una zona con escaleras para ver una cascada) y no es necesario ningún equipamiento especial, sólo ropa cómoda. Con niños os diría (yo de aquella no tenía) que os tendréis que perder parte del recorrido interno por la cueva y el interior de la cascada de cola de caballo si se trata de bebés o niños pequeños. 
En nuestro caso, visitamos primero el monasterio y luego ya nos explayamos a gusto en el parque, haciendo un montón de fotos. 
En la zona del conjunto monumental destacan el claustro del monasterio, la abadía, la torre del homenaje, la muralla perimetral y la fachada de la antigua hospedería. En cuanto a su historia, nos tenemos que remontar a la época de la reconquista para hablar de su nacimiento. Es en esa época cuando el Monasterio de Piedra era una antigua fortaleza musulmana que cedió Alfonso II de Aragón a la iglesia junto a los parajes que le rodeaban, como el impresionante río Piedra. En 1218 se terminó de construir el monasterio, un tiempo récord de nada menos que 23 años, poquísimo para aquella época.
Durante más de 650 años los monjes pudieron vivir en el monasterio y cultivar los campos alrededor del río Piedra en un oasis de paz, pero ya en el siglo XVIII fue ocupado durante la Guerra de la Independencia y posteriormente por el ejército francés, época en la que quedó parcialmente destruido y sus imágenes mutiladas. Algunas imágenes se conservan con los daños provocados por la ocupación.
Desde 1835, con la Desamortización de Mendizábal, los monjes tuvieron que dejar el monasterio y sus tierras fueron expropiadas, ya que el Estado necesitaba dinero por el gasto tan grande que ocasionaba las colonias Americanas.
En 1840 paso a manos privadas en una subasta pública y no fue hasta 1983 cuando se declaró Monumento Nacional.Es uno de los lugares más turísticos de la provincia de Zaragoza. 
En cuanto a su estilo arquitectónico, los edificios empezaron a construirse a principios del siglo XIII, aunque no fueron realmente habitados hasta el año 1218, ya durante el reinado de Jaime I “el Conquistador”. Su desarrollo tuvo tres etapas bien diferenciadas.La primera fase, caracterizada por las construcciones del gótico primitivo (s. XIII) e incluso del románico tardío, como es el caso de la iglesia abandonada.
Una segunda fase, de estilo gótico-renacentista (s. XVI) y una tercera y última en el siglo XVIII en el que se impone el estilo barroco.La iglesia es de estilo románico tardío (siglo XIII), su planta tiene forma de cruz con crucero, ábside central poligonal y cuatro ábsides laterales.
El parque ha sido declarado paisaje pintoresco desde 1945. Una auténtica maravilla de la naturaleza, donde la corriente del río Piedra ha creado grandes cascadas naturales, lagos, grutas y donde encontramos una de las piscifactorías más antiguas de Europa. Nosotros  recorrimos los 5 kilómetros de senderos en unas tres horas. Sin duda, las caídas de agua del Río Piedra son su principal atractivo.
Rápidamente llegamos a la primera cascada, conocida como Baños de Diana. Como telón de fondo aparece entre el verde un espectacular salto de agua, la cascada La Caprichosa.

Aquí cada cascada tiene un nombre diferente. La Caprichosa es la reina de las cascadas, si bien  comparte el trono con La Cola de Caballo y sus 50 metros de caída de agua.Aunque esta catarata es todavía más impresionante desde dentro.
Nos dirigimos a continuación a los pies de La Caprichosa, realmente grande, el estruendo del agua y el spray existente dan un plus salvaje al mirador.


Y es que a través de la Gruta Iris, puedes adentrarte en las entrañas de La Cola de Caballo. Además de mojarte en cantidad, merece adentrarse en la cueva por esa coloración que adquieren piedras y aguas cristalinas. 
La bajada por un pasadizo escalonado termina en una inmensa gruta por detrás de la cortina de agua. Durante la bajada existen varios miradores que nos permitirán disfrutar de esta inmensa cascada a diferentes alturas.
Salimos del lugar y, después de atravesar una zona de piscifactoria, dónde las truchas en perfecto orden de tamaño campan a sus anchas, llegamos al Lago del Espejo.Se llama así ya que sus cristalinas y tranquilas aguas, cuya quietud sólo es rota por alguna trucha en busca de comida, reflejan los cerros que lo rodean.

 

Y en medio de esa naturaleza como no iban a anidar los pajaros y poner sus nidos, eh? Mira que tres pequeñines a la espera de su madre...

Y por último os incluyo una imagen general de la entrada y alrededores para que veais el verdor y lo agradable que es el lugar, invita a quedarte toda una tarde de primavera ahí sentado, ¡es una maravilla!















Espero os haya servido de inspiración, ¿os ha gustado? No dudéis en comentar. ¿Soñamos?