Mientras soñaba Un espacio para compartir todo aquello que se me pase por la cabeza. Pensamientos, viajes, naturaleza, cocina, moda, música... ¡Anímate a soñar conmigo!

miércoles, 21 de diciembre de 2016

La isla de los sentimientos

Erase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos: la Alegría, la Tristeza y muchos más, incluyendo el Amor. Todos los sentimientos estaban allí. A pesar de los roces naturales de la convivencia, la vida era sumamente tranquila, hasta previsible. A veces, la Rutina hacía que el Aburrimiento se quedara dormido, o el Impulso armaba algún escándalo; otras veces, la Constancia y la Convivencia lograban aquietar al Descontento.
Un día, inesperadamente para todos los habitantes de la isla, el Conocimiento convocó una reunión. Cuando por fin la Distracción se dió por enterada y la Pereza llegó al lugar de encuentro, todos estuvieron presentes. Entonces, el Conocimiento dijo:
- “Tengo una mala noticia para darles... la isla se hunde..."
Todas las emociones que vivían en la isla dijeron:
- “¡No! ... ¿como puede ser? …¡Si nosotros vivimos aqui desde siempre!!!!”
Pero el Conocimiento repitió:
- “La isla se hunde”
- ¡Pero no puede ser!!! Quizás estás equivocado!!!”
- “El Conocimiento nunca se equivoca -dijo la Conciencia, dandose cuenta de la verdad-. Si él dice que se hunde, debe ser por que se hunde”.
- “Pero... ¿Qué vamos a hacer ahora????” -preguntaron los demás.
Entonces el Conocimiento contestó:
- “Por supuesto, cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo les sugiero que busquen la manera de abandonar la isla.... Construyan un barco, un bote, una balsa o algo que les permita irse, porque el que permanezca en la isla, desaparecerá con ella”.
-“¿No podrías ayudarnos?”, preguntaron todos, porque confiaban en su capacidad.
- “¡No ! -dijo el Conocimiento-, la Previsión y yo hemos construído un avión y en cuanto termine de decirles esto, volaremos hacia la isla más cercana...”
Las emociones dijeron:
- “¡No! ¡Pero no! ¿Qué será de nosotros???”
Dicho esto, el Conocimiento se subió al avión con su socia y, llevando de polizón al Miedo, que no es tonto y ya se había escondido en el motor, dejaron la isla.
Todas las emociones, en efecto, se dedicaron a construir un bote, un barco, un velero...Todas... Salvo el Amor.
Porque el amor estaba tan relacionado con cada cosa de la isla que dijo:
- “Dejar esta isla... después de todo lo que viví aquí... ¿Cómo podría yo dejar este arbolito, por ejemplo? Ahhh.... Compartimos tantas cosas...”
Y mientras las emociones se dedicaban a fabricar el medio de irse, el Amor se subía a cada árbol, olió cada rosa, se fué hasta la playa y se revolcó en la arena como solía hacer en otros tiempos. Tocó cada piedra...y acarició cada rama...
Al llegar a la playa, exactamente al lugar desde donde el sol salía, su lugar favorito, quiso pensar con esa ingenuidad que tiene el amor:
-"Quizás la isla se hunda por un ratito... y después resurja.... ¿por qué no?"
Y se quedó días y días midiendo la altura de la marca, para revisar si el proceso de hundimiento no era reversible... Pero la isla se hundía cada vez más...
Sin embargo, el Amor no podia pensar en construir nada, porque estaba tan dolorido que sólo era capaz de llorar y gemir por lo que perdería. Se le ocurrió entonces que la isla era muy grande y que, aún cuando se hundiera un poco, él siempre podría refugiarse en la zona más alta.... Cualquier cosa era mejor que tener que irse. Una pequeña renuncia nunca había sido un problema para él...
Así que una vez mas, tocó las piedrecitas de la orilla ... y se arrastró por la arena... y otra vez se mojó los pies en la pequeña playa... que otrora fuera enorme...
Luego, sin darse cuenta demasiado de su renuncia, caminó hacia la parte norte de la isla, que si bien no era la que más le agradaba, era la más elevada...
Y la isla se hundía cada día un poco más.... Y el Amor se refugiaba cada día en un lugar más pequeño...
- “¡Después de tantas cosas que pasamos juntos!- le reprochó a la isla.
Hasta que, finalmente, solo quedó una minúscula porción de suelo firme; el resto había sido tapado completamente por el agua.
Recién en ese momento, el amor se dió cuenta de que la isla se estaba hundiendo de verdad. Comprendió que, si no dejaba la isla, el amor desaparecería para siempre de la faz de la tierra...
Entonces, caminando entre senderos anegados y saltando enormes charcos de agua, el amor se dirigió a la bahía.
Ya no había posibilidades de construirse una salida como la de todos; había perdido demasiado tiempo en negar lo que perdía y en llorar lo que desaparecía poco a poco ante sus ojos...
Desde allí podría ver pasar a sus compañeras en las embarcaciones. Tenía la esperanza de explicar su situación y de que alguna de ellas lo comprendiera y lo llevara.
Buscando con los ojos en el mar, vio venir el barco de la Riqueza y le hizo señas. Se acercó la Riqueza que pasaba en un lujoso yate y el Amor dijo:
- "Riqueza llévame contigo! … Yo sufrí tanto la desaparición de la isla que no tuve tiempo de armarme un barco"
La Riqueza contestó:
- "No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti, lo siento" y siguió camino, sin mirar atrás...
Le pidió ayuda a la Vanidad, a la que vió venir en un barco hermoso, lleno de adornos, caireles, mármoles y florecitas de todos los colores, que también venia pasando:
- "Vanidad" por favor ayúdame".
y la Vanidad le respondió:
- "Imposible Amor, es que tienes un aspecto!...¡ Estás tan desagradable!Tan sucio, y tan desaliñado!... perdón pero afearías mi barco…”- y se fue.
Pasó la Soberbia, que al pedido de ayuda contestó:
- "Quítate de mi camino o te paso por encima!".
Como pudo, el Amor se acerco al yate del Orgullo y, una vez mas, solicito ayuda.
La respuesta fue una mirada despectiva y una ola casi lo asfixia.
Entonces, el Amor pidió ayuda a la Tristeza:
- "¿Me dejas ir contigo?".
La Tristeza le dijo:
- "Ay Amor, tu sabes que estoy taaaan triste que cuando estoy así prefiero estar sola"
Pasó la Alegría y estaba tan contenta que ni siquiera oyó al Amor llamarla.
Desesperado, el Amor comenzó a suspirar, con lágrimas en sus ojos. Se sentó en el pedacito de isla que quedaba, a esperar el final... De pronto, el Amor sintío que alguien chistaba:
- " Chst- Chst- Chst..."
Era un desconocido viejito que le hacía señas desde un bote a remos. El Amor se sorprendió:
- "¿Es a mi?"- preguntó, llevándose una mano al pecho.
- “Sí, sí -dijo el viejito-, es a tí. Ven, sube a mi bote, rema conmigo que yo te salvo”.
El Amor lo miró y le quiso explicar...
-"lo que pasó, es que yo me quedé...
- "Ya entiendo" -dijo el viejito sin dejarlo terminar la frase- “Sube!”.
El amor subió al bote y juntos empezaron a remar para alejarse de la isla. No pasó mucho tiempo antes de poder ver como el último centímetro de la isla se hundía y desaparecía para siempre...
- “Nunca volverá a existir una isla como esta! - murmuró el amor, quizás esperando que el viejito lo contradijera y le dira alguna esperanza.
- “No -dijo el viejo- como ésta, nunca; en todo caso, diferentes …!
Cuando llegaron a la isla vecina, el Amor se sentía tan aliviado que olvidó preguntarle su nombre. Cuando se dio cuenta y quiso agradecerle, el viejito había desaparecido. Entonces el Amor, muy intrigado, fué en busca de la Sabiduría para preguntarle:
- “¿Cómo puede ser? Yo no lo conozco y él me salvó... Todos los demás no comprendían que hubiera quedado sin embarcación, pero él me salvó, me ayudó y yo ahora, no sé ni siquiera quién es...”
Entonces la Sabiduría lo miró largamente a los ojos, y le dijo:
-"Es el único capaz de conseguir que el amor sobreviva cuando el dolor de una pérdida le hace creer que es imposible seguir. Es el único capaz de darle una nueva oportunidad al amor cuando parece extinguirse. El que te salvó, Amor, es El Tiempo....”

Jorge Bucay, del libro “Todo (no) terminó” (Silvia Salinas y Jorge Bucay)




miércoles, 7 de diciembre de 2016

Bizcocho de limón glaseado

Si, otra receta y otro postre... nos estamos resarciendo de esta ausencia de dulce... Hoy os traigo una receta bastante tradicional y con ingredientes de lo mas accesibles para todos.Recetas de bizcocho hay miles, de plátano, de chocolate, de calabaza, hasta de té los he visto.Existen incluso webs específicas que tratan casi solo de bizcochos (http://misbizcochoscaseros.blogspot.com.es/) Apetecen los sabores ácidos, que dan contraste al dulzor de la mezcla base... Podéis decorarlo de múltiples maneras, por poneros una diferente, os incluyo el glaseado de limón, que le da un poco más de intensidad al sabor a limón, que personalmente me encanta. 




Ingredientes:
Para el bizcocho:

  • 175 g azúcar
  • 125 ml de aceite
  • 3 huevos
  • ralladura de 1 limón
  • 175 g harina
  • zumo de 1 limón
  • 1  cucharadita de levadura en polvo
  • 1 pizca sal


Para el glaseado:

  • 80 g de azúcar glass
  • 2 cucharadas soperas de zumo de limón


Elaboración:
En primer lugar, precalentaremos el horno a 180ºC. Luego, mezclamos en un bol el aceite con el azúcar (el aceite se puede sustituir por 125 g de mantequilla, que daría mayor esponjosidad al bizcocho pero también suma más calorías). Posteriormente, incorporamos los huevos y mezclamos bien. Una vez hecho esto, añadimos la ralladura y el zumo del limón. Un inciso aquí, me encanta este rallador del IKEA. Me costó creo que menos de 6 euros, es muy comodo porque en el interior deposita todo lo rallado y se desmonta muy bien con lo que aprovechas lo rallado siempre, sin desperdiciar, sin que se te caiga fuera... ¡me encanta! Me gusta mucho comprar artículos de cocina en el IKEA cuestan cuatro duros y van muy bien.




























Ahora vamos añadiendo poco a poco la harina, levadura y sal y removiendo para que no se formen grumos. Una vez estén bien integrados, es el momento de volcar esta mezcla en el molde para el horno. Aquí bien podemos usar papel de horno para forrarlo o bien untar toda la superficie interna del molde de mantequilla para que al desmoldar no se nos quede parte de la masa pegada en el molde.



Horneamos 45 minutos, primero solo abajo y en los últimos minutos tanto arriba como abajo, de este modo evitaríamos que se abra, abombe  o se queme por la parte superior (cuidado, depende del horno, otros en 20 minutos estaría).

Para adornar el bizcocho se puede optar por hacer un glaseado, en este caso de limón. Como a mi pequeña los ácidos no le gustan y esto pretende resaltar el sabor del limón, dejé parte con glaseado y parte sin glaseado por eso lo veis de este modo. ¿Como prepararlo? No puede ser más sencillo. Vertemos los 80 g de azúcar glass en un bol, añadimos las 2/3 cucharadas soperas de zumo de limón y removemos hasta que se quede una pasta homogénea y de textura gomosa. Esta se deposita sobre el bizcocho una vez lo hayamos desmoldado y enfriado y se queda, despues de un tiempo de reposo como una capa sólida, cristaliza. Ayudaros de una espátula o superficie plana para extenderlo sobre el bizcocho.





lunes, 5 de diciembre de 2016

Piper - Nuevo corto de Pixar Animation Studios

Creo que si sois asiduos al blog habreis visto que me encantan los cortos de animación, especialmente los que vienen de la mano de Pixar, además de ser divertidos para los niños suelen traer una moraleja implícita. 

Hoy os traigo el último corto de Pixar, sobre Piper una pequeña gaviota, pero como es tan reciente, unicamente traigo unos segundos en alta calidad (por youtube lo podréis ver completo pero en condiciones inferiores). Como en el resto de cortos anteriores, han hecho un magnífico trabajo, una delicia. Que gusto que aún se hagan cosas así y no puros efectos especiales sin sentimientos... me evoca aquellas tardes infantiles viendo los cartoons o películas de Charles Chaplin mudas en la dos... y a vosotros, ¿también os gustan los cortos de animación? ¿Soñamos? 



viernes, 2 de diciembre de 2016

Lenguado al horno

Vuelvo después de un tiempo con una de estas recetas rápidas y fáciles de hacer. Últimamente en mi casa hemos decidido llenar el congelador con pescado en filetes o sin espinas, esto último supondréis que es por la pequeña (aunque los mayores nunca hemos soportado el pescado por esto), para que lo tome más a menudo. Además, hoy en día hay mucha mayor variedad si vas a una tienda especializada en congelados y puedes hacerlo cuando puedas, no con el miedo de que se te olvide en algún rincón de la nevera.

Nos estamos aficionando a las recetas de horno porque el aceite que usas es muy poco y al no ser frituras, es mucho más digestivo, así como económico y limpio.

Ingredientes:
4 filetes de lenguado
2 tomates de pera o rama
1 cebolla grande
2 patatas medianas
3 dientes de ajo
150 ml. de caldo de pescado
aceite, sal y perejil picado

Elaboración:
En primer lugar pelamos, lavamos y cortamos en rodajas las patatas, la cebolla y los tomates. Cubrimos de aceite el fondo de una fuente para horno y a continuación, disponemos de una capa de patatas que salamos, otra de cebolla y salamos y una final de tomate tras la cual volvemos a salar y añadimos un chorrito de aceite por toda la superficie.


Introducimos la fuente en el horno, que habrá sido precalentado a 200ºC, y lo dejaremos con calor arriba y abajo unos 20 minutos. Revisamos de cuando en cuando para abrir e ir regando con el caldo la mezcla anterior.


Mientras tanto picamos el perejil si tuviéramos fresco y laminamos los ajos. Una vez se han hecho las patatas en el horno, sacamos la fuente, salamos los filetes de lenguado y los ponemos encima del lecho de patata, cebolla y tomate. Para finalizar espolvoreamos con perejil y regamos de láminas de ajo por encima, añadimos también caldo por encima e introducimos nuevamente en el horno, lo
dejamos entre 10-12 minutos para que se haga el pescado.


Para finalizar, podemos sacar la fuente directamente a la mesa o bien emplatar y servir, como prefiramos. En estos casos, yo suelo escoger sacar la fuente directamente a la mesa para que no se enfríe. 

Tened en cuenta para esta receta que aunque os parezca mucho pescado para dos personas, reducen mucho de tamaño y por tanto, da para poco. 

Un toque muy bueno es sustituir el caldo por vino blanco rebajado con agua. 

Animaros a probar y me contáis, otra receta sana, económica y fácil.