Mientras soñaba Un espacio para compartir todo aquello que se me pase por la cabeza. Pensamientos, viajes, naturaleza, cocina, moda, música... ¡Anímate a soñar conmigo!

martes, 31 de enero de 2017

Bizcocho de manzana

Hoy traigo otra receta dulce que acompaña bien en un domingo de invierno y con un café: un bizcocho de manzana. Os gustará la esponjosidad y ese sabor que deja la manzana en el bizcocho, cada uno es diferente. ¿Verdad que hay bizcochos como pelos tiene uno en la cabeza? Hay recetas de lo más interesantes por ahí: con café, de calabaza, de zanahoria, de nata y nueces, de naranja, todos deliciosos. 

Os animo a hacerlo para desayunar o merendar unos días con algo más natural que la bollería industrial recargada de grasas. Con esto sabéis lo que coméis y además, es más barato.

En los próximos meses iré añadiendo algún bizcocho más en el blog porque en casa nos encantan y son tan fáciles de hacer...

Ingredientes:
3 huevos
150 gr de azúcar
100 ml de aceite
100 ml de leche
2-3 manzanas (según tamaño)
200 gr de harina
1 sobre de levadura química
Una pizca de sal
Un poco de azúcar para echar por encima

Elaboración:

Pre-calentamos el horno a 180ºC. En primer lugar, batimos los huevos con una pizca de sal y añadimos el azúcar, revolvemos bien y a continuación, echamos la leche. Posteriormente, echamos el aceite y a continuación media manzana en trozos o rallada, en función de como os guste más, con tropiezos o no.






Luego añadimos la harina y mezclamos con movimientos envolventes, si la masa queda muy líquida vamos incorporando poco a poco más harina.Añadimos el sobre de la levadura y removemos bien para que no queden grumos. 

Antes de verter esta mezcla, untamos el molde con un poco de aceite para evitar que se pegue a la pared. 

En la parte superior, colocamos las manzanas cortadas en gajos y por encima echamos azúcar y metemos al horno.Lo tendremos en el horno durante 40 minutos aproximadamente.Primero 15 o 20 minutos por abajo y luego ya por todo, aunque como siempre tiempos y temperatura depende de cada horno.



sábado, 21 de enero de 2017

Lentejas con chorizo

Lentejas con chorizo, una de las miles variaciones que encontraréis por libros, internet... Y es que de estos platos de cuchara encontraréis muchas y diferentes recetas, siempre con un sabor muy nuestro y muy rico, con muchas vitaminas y baratas.

La receta que hoy os traigo ya es la tercera con lentejas que incluyo en el blog, pero yo creo que debe ser la más fácil de las tres y no por ello deja de estar buena.Hago varias distintas porque mi hija, al igual que yo, nos aburre comer siempre lo mismo y esta es la manera de que se vaya acostumbrando a tomar legumbres de manera regular en casa, porque aunque lo hagan en el colegio, sino se hace en casa de poco sirve. Aportan minerales, sobre todo hierro, vitaminas, fibra, proteínas… un sinfín de nutrientes que hacen de este guiso un plato imprescindible en cada casa.

Otro punto a favor es que si haces una buena cantidad de ellas (siempre que no lleven patatas) puedes guardar las sobrantes en el congelador.



Ingredientes:
250 g de lentejas
100 g de chorizo
1 cebolla
3 zanahorias medianas
4 dientes de ajo
sal
1/2 cucharadita de pimentón dulce
1 hoja de laurel

Elaboración:
Pon las lentejas en la cacerola. Mientras tanto, pela la zanahoria, la cebolla y los dientes de ajo. Entonces, agrega todo a la olla junto con la hoja de laurel. Corta el chorizo en trozos pequeños y regulares y añádelos a lo anterior. Vierte 5 vasos de agua fría, añade sal a tu gusto y la cucharadita de pimentón dulce. 



Cuando empiece a hervir, pon la tapa y deja cocer de 40- 45 minutos.Antes de servir, retirar la hoja de laurel y pasa la cebolla, la zanahoria y los dientes de ajo al vaso de la batidora y tritura con la batidora eléctrica.Vierte el puré a la olla de lentejas, mezcla bien y sirve. 



jueves, 19 de enero de 2017

El bambú japonés

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.

También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: ''¡Crece, maldita seas!''.

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes. Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas estériles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de sólo seis semanas, la planta de bambú crece... ¡más de 30 metros!

¿Tarda sólo seis semanas en crecer?
¡No! La verdad es que se toma siete años para crecer y seis semanas para desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú genera un complejo sistema de raíces que le permiten sostener el crecimiento que vendrá después.

En la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

Quizá por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados a corto plazo abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.

De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordemos el ciclo de maduración del bambú japonés. Y no bajemos los brazos ni abandonemos por no ver el resultado esperado, ya que sí está sucediendo algo dentro de nosotros: estamos creciendo, madurando.

No nos demos por vencidos, vayamos gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que nos permitirán sostener el éxito cuando éste, al fin, se materialice.

El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.

Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

El tiempo es oro y eso hace que las esperas se conviertan en pesadillas, poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos. Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, desarrollamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés…

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice. Así que si no consigues lo que anhelas ahora mismo, no desesperes…

Quizá sólo estés echando raíces.

Fuente: 'las perlas de sabiduría' en www.alexrovira.com

lunes, 9 de enero de 2017

Fetuccini pirata (versión Gino's)

Este es uno de mis platos favoritos de este restaurante y como me parecía muy sencillo, no podía dejar de intentarlo. Se hace en un momento, no necesita gran preparación.No puedo evitar pensar en Marta mi ex-compañera de piso de Ramales que le privaba hacer un plato bastante parecido.

 En primer lugar os indico los ingredientes que tendremos que disponer para preparar la receta para cuatro personas :
Ingredientes:
2 cucharadas de aceite de oliva virgen
2 dientes de ajo
250 g gambas
sal
pimienta
2/3 guindillas picadas
3 tomates cortados en dados
150 ml de salsa de tomate
300 ml de leche evaporada
200 ml de caldo de pescado y marisco
perejil fresco
500 gr pasta

Elaboración:

Para empezar, iremos preparando la salsa a la vez que cocemos la pasta el tiempo indicado por el fabricante, una vez comience a hervir el agua y echando una cucharada de sal por cada litro de agua.

Para la salsa, ponemos el aceite de oliva a calentar en una sartén grande o en su defecto en una cacerola (pensad que aquí saltearemos todo al final). Añadimos el ajo picado y cuando comience a dorarse, añadimos las gambas y sazonamos.




Cuando las gambas ya estén cocinadas, añadimos el tomate en dados y la guindilla.Dejamos que se integre, removemos un par de minutos y entonces añadimos la salsa de tomate, la leche evaporada (la receta original es con nata, preferimos eliminar alguna caloría) y el caldo de pescado. Dejamos reducir la salsa a fuego medio y si gustamos añadimos el perejil fresco picado.

Para finalizar, la pasta cocida y escurrida la añadimos sobre la salsa, salteamos todo bien para que mezclen bien los ingredientes y desprendan el aroma y ya está listo para servir.

¿Verdad que es fácil? ¡Buen provecho!

lunes, 2 de enero de 2017

Las enseñanzas de "El principito"

Hace poco me dio por leer uno de los libros más emblemáticos de los últimos tiempos, que siempre me había recomendado mi amiga Marga, que es también una buena soñadora y una de las personas más dulces y buenas que conozco.Y es que " El principito", junto con "El alquimista" son dos libros difíciles de clasificar y de los más leídos de todos los tiempos. Caracterizados ambos por gran simplicidad en la historia y su lectura, encierran grandes enseñanzas o moralejas en su interior. Hoy nos centramos en el francés, "El principito".

Pudiera parecer un libro infantil, pero si la lees siendo adulto podrás encontrar las lecciones ocultas que lleva en su interior, de una manera llana porque si hay algo que se deja claro en este libro es que la vida no es tan complicada como nos empeñamos en hacer ver.

Lo esencial es invisible a los ojos
"He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos".
Esta puede ser quizás una de las frases del libro que rápidamente reconocemos. Y es que en este mundo materialista y superficial donde vivimos, si quitamos todas las apariencias y artificios, nos queda la esencia: la bondad, el amor, el respeto, que no se compran ni se tocan.

Valorar la simplicidad de las cosas
"Las personas mayores no son capaces de comprender las cosas por sí mismas. Es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones"
Y es que las personas mayores hemos perdido esa capacidad de ser felices sin necesitar mucho, como cuando éramos niños y disfrutábamos tumbándonos en la hierba a mirar las formas de las nubes, o cuando acariciábamos nuestros animales o cuando nos sentábamos a ver una puesta de sol. El libro invita a la simplicidad, a recordar aquellas cosas sencillas que nos hacían felices.


La autoridad bien entendida
"-Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?
-La culpa sería de usted -le dijo el principito con firmeza.
-Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar -continuó el rey. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables."
"Por eso se atrevió a solicitar una gracia al rey: - Quisiera ver una puesta de sol… Dame el gusto, ordena que se ponga el sol. - Si ordeno a un general que vuele de flor en flor como una mariposa, o que escriba una tragedia, o que se transforme en ave marina, y si el general no ejecuta la orden recibida, ¿quién , él o yo , estaría en falta? - Vos – dijo firmemente el principito. - Exacto, hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer – replicó el rey…"
¿Verdad que parece simple? Si le vamos a pedir algo a alguien, reflexiona acerca de a quién se los estás proponiendo y si estás pidiendo algo que sea capaz de realizar. No obstante, bajo mi punto de vista, siempre hay que pedir un poco más (y dar un poco más).

Conócete a ti mismo y aprenderás a conocer a los demás
"Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un sabio".
En este capítulo te anima al auto-conocimiento para poder realmente juzgar a los demás. Porque es muy fácil quejarnos de los demás, de como está el mundo y nosotros no hacer nada para contribuir a un mejorarlo. Sólo si nos conocemos y hacemos algo por ser mejores cada día es cuando podemos conocer al resto de personas.

Tenemos el poder de hacer especiales a las personas
"No era más que un zorro, semejante a 100.000 otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único".
Es el tiempo que dedicamos a los demás y nuestro pensamiento el que hace únicas a las personas y especiales para ti.

No valores a la gente por lo que tiene, sino por lo que es
En un mundo como el actual, en el que todo se rige por las apariencias, en el que cada quien mira lo que tiene el otro, propone que nos adentremos en el interior de las personas, porque solo conociendo la verdadera esencia de las mismas podremos conocer y comprender a los demás.
"A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan lo esencial del mismo. Nunca preguntan: ‘¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas? Pero en cambio preguntan: ¿Qué edad tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solamente con esos detalles creen conocerte"
El valor de la experiencia
El principito se lamenta por no haber sabido ver más allá de los gestos de su rosa, que hubiera conocido con el tiempo, con la experiencia.
"Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras, me perfumaba, me iluminaba. Debí haberla adivinado de su ternura, detrás de sus pobres astucias. ¡Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla".
Uno siempre es responsable de lo que cuida
"Yo no te necesito, tú tampoco tienes la necesidad de mí, pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo"
"Eres responsable para siempre de aquello que has domesticado"
Estas frases se corresponden con la sección donde el principito se encuentra con el zorro, creo que de lo mejor del libro. El zorro sondea al principito, le mira y le pide que le domestique (le explica que viene de "crear lazos"). El zorro adentra a El Principito en el valor de la amistad, basada en el conocimiento con tacto, tiempo y paciencia. Aprender a acercarse poco a poco al otro y lo compara con las relaciones que hoy día la gente grande hace y deshace con facilidad debido a que no tienen la base de la domesticación, del conocimiento profundo y que se basan muchas veces en cierto interés que nada tiene que ver con la persona en sí sino con el interés económico, de poder, etc. Incluso se ve el acercamiento paulatino como algo obsoleto, pasado de moda por la agitación e inmediatez que impera en las relaciones humanas hoy en día. El zorro le alecciona a El Principito de como valorará y será más especial una relación en la que se hayan "domesticado".


El dinero te hace ciego ante la belleza
"Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo: ‘Soy un hombre serio, soy un hombre serio’, lo que le hace hincharse de orgullo. ¡Pero eso no es un hombre, es un hongo!".
El dinero no da la felicidad y es más, te domina de modo que te aleja de lo que puedes disfrutar en la vida, de "lo esencial".

Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección
El amor no es un acto individual, no significa tampoco admirar y apreciar al otro como si fuera un objeto o un trofeo. Amar es construir, es compañerismo puro, es encontrar a alguien para hacer un equipo y resistir las dificultades, sin dejar de tener en común la misma meta.

Mantén la ilusión y la inocencia a pesar de las malas experiencias
"Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió".
No podemos juzgar a todas las personas por el daño que te hizo una, ni vivir sin abrirnos a los demás porque una nos hizo daño. Puedes encontrar quien te haga recuperar la ilusión en las mismas.

Lo más brillante de la vida no se compra con dinero
Durante el encuentro del Principito con el hombre de negocios, le pregunta sobre qué hace con todas las estrellas que posee. 
"Nada, sólo las poseo", le responde el financiero. "Y ¿para qué te sirve poseer las estrellas?", le dice el héroe ficticio. —Me sirve para ser mas rico. Para comprar más estrellas si alguien las encuentra. —Pero, ¿cómo se pueden poseer las estrellas?".

Todas nuestras acciones tienen consecuencias.
"Nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, o no, a una rosa". 
Todo lo que ocurre y todo lo que hacemos, querámoslo o no, siempre tendrá repercusiones.
Es una frase que siempre oímos cuando éramos niños pero que recién cobra sentido cuando nos hacemos adultos. La invitación es dejar el pasado atrás y enfrentar nuestro presente de la mejor manera que se nos pueda ocurrir.

Hoy la entrada es especial, por el contenido y por tratarse del comienzo de un nuevo año, donde todos nos proponemos nuevos retos, ¿que tal tomar alguna de estas enseñanzas más presente en nuestras vidas? ¿Qué tal ser un poco más tú mismo y menos "políticamente correcto", lo que a veces llego a confundir con hipócrita?¿Qué tal ser un poco más empático con los demás y sus problemas? ¿Soñamos?