Mientras soñaba Un espacio para compartir todo aquello que se me pase por la cabeza. Pensamientos, viajes, naturaleza, cocina, moda, música... ¡Anímate a soñar conmigo!

jueves, 31 de diciembre de 2020

Osoji: el ritual japonés de final de año que inconscientemente hacemos

Bueno, no sé si os pasa como a mí, que cuando se va finalizando el año parece que nos da por organizar y terminar todo lo que has hecho en casa, que si limpieza a fondo, que si arregla este reloj que no tiene pilas, que si pon este cuadro que llevas meses esperando para hacerlo, es como que quieres mentalmente poner el check de todo finalizado y empezar sin cosas que hacer a nivel de hogar. A mi me da esta neura de limpieza y orden siempre a final de año, igual que a las embarazadas les da con el sindrome del nido. Hace un año o asi me enteré que en Japón esto es un ritual. Según se acerca el fin de año en Japón, comienza a realizarse una antigua tradición conocida como la gran limpieza o Osoji, no es tanto una limpieza a fondo del hogar como una especie de ritual de renovación ante el año nuevo que está a punto de comenzar. 
Se trata de limpiar el alma, de comenzar el año sin tareas pendientes, cerrando círculos, comenzando el año limpios, liberados y purificados, tanto a nivel material como espiritual. Y es que el osoji, además de limpiar aquellos rincones de la casa menos frecuentemente limpiados, incluye liquidar deudas o facturas o tareas pendientes antes de terminar el año. 
Se trata de hacer limpieza a fondo de lugares que generalmente olvidamos, a mi por ejemplo este año me dio por limpiar a fondo los zócalos, las juntas del suelo y algo menos olvidado pero que siempre se necesita repasar, marcos, puertas, enchufes e interruptores. Recomiendo para las juntas del suelo, pasar primero con una bayeta húmeda en agua caliente retirando la suciedad, luego impregnar con bicarbonato sódico, dejándolo actuar 30 minutos al menos y posteriormente retirar con bayeta húmeda y aclarar. Pero también va más allá e incluye la ropa que no nos ponemos, un repaso a las facturas que tenemos por pagar (o cobrar), archivar fotos, tirar tiquets de compras caducados... Y además de todo esto, también corresponde deshacernos de hábitos insanos y relaciones tóxicas. 

Pero no se trata de una limpieza más que haces de manera automática, sino que es consciente, con lo que percibes lo que realmente no deseas, no te gusta, no te da buen rollo, te sobrecarga el ambiente... y empezar el año sin esas cargas. Es un mindfulness aplicado a la limpieza. 




















¿Y como empezar? Pues empieza por arriba. El polvo acumulado en techos, paredes, lámparas no existe hasta que te le dedicas atención. Recomiendo para ello frotar con un trapo humedecido, si sale suciedad esta irá bajando hasta el suelo, que será lo último que limpiaremos en el Osoji.

Deja bolsas de basura y cajas en cada habitación. Ya sabes todo lo que puedes hacer con todo lo que ya no quieres en casa.

Lo más importante: esas cajas y bolsas deben desaparecer de tu casa inmediatamente, nada de tenerlas en el trastero, recibidor o garaje esperando. Como inicio de año, tambien sería conveniente que tras hacer este trabajo intentases mantenerlo para no tener que darte un atracón final. ¿Que tal esos 5 minutos de ventilación, hacer la cama, cinco minutos para recoger la encimera de la cocina o colocar los cojines?

Si hay niños en la casa, deben participar. En el Osoji nipón, los menores colaboran en la limpieza tanto en casa como en las escuelas. Es una forma no solo de involucrarles en el esfuerzo común, sino también de enseñarles a cuidar de sí mismos en el futuro. Esto no siempre se consigue pero si poco a poco los vamos involucrando ellos adquirirán ese hábito que no sólo nos hará más felices a nosotros sino les será útil a ellos en un futuro por lo mismo.

Y tu, ¿también haces osoji en el fin de año?



martes, 25 de agosto de 2020

Enfiladas o alfiladas de Luarca (Trenza pascua)

La receta que os traigo hoy es una receta típica de mi zona y esta es la manera más parecida a como la hace mi madre. 

La Alfilada o Enfilada, típicas del concejo de Valdés, (capital Luarca) es un riquísimo bollo dulce trenzado. Si nunca has probado una alfilada, te recomiendo que lo hagas. Su sabor es espectacular.



Además ahora, que faltan pocos días para La Regalina, una fiesta en la cual se hace un desfile tradicional, cobra más protagonismo, ya que este desfile lleva asociado este postre. Si no habéis ido a La Regalina, os lo recomiendo, se celebra el último domingo de agosto y el sitio es espectacular, así como viven la tradición en este pueblo. Yo tuve muchos compañeros de Cadavedo en el cole que hoy han trasladado esta tradición a sus hijos, es muy bonito.

Aquí podéis ver un resumen de dicho desfile y el entorno, que es una maravilla. En dicho desfile, si os fijáis, llevan varias ofrendas con una especie de panes en los mismos, eso son alfiladas.



Después de este pequeño homenaje a La Regalina que este año creo que no se podrá celebrar, paso a detallar los pasos para hacer una rica alfilada, bueno en mi caso salieron dos hermosas. 

Ingredientes:
125g mantequilla
200g azúcar
medio vaso de leche
3 huevos
600g harina
6g levadura seca de panadería o un dado de levadura fresca
un chorrín de anís
una cucharina de sal
1 huevo para barnizar

Elaboración:

En primer lugar, hervimos la leche y la vertemos en un vaso, añadiendo poco a poco la levadura y removiendo hasta que quede totalmente disuelta. 

Posteriormente, añadimos esta mezcla sobre 100 g de harina y así prepararemos la masa madre. Una vez hecho esto, lo dejamos reposar tapado por un film (en mi casa siempre se hizo con un trapo de cocina y un plato encima y no gastas plástico). Dejamos levar una hora, la masa ha de quedar como con burbujitas.
Con la mantequilla desleida, lo que haremos será ir añadiendole los huevos, el azúcar (poco a poco) y vamos removiendo. Una vez finalizado, reservamos.


Con la harina que nos restó, hacemos como un volcán en el medio del cual disponemos la sal, la masa madre, el chorrín de anís y poco a poco, vamos añadiendo la mezcla de mantequilla y huevo, amasando bien bien. Cuando veamos que está ya bien amasada, bien integrada, les damos forma de bola para facilitar su levado y la colocamos en un bol donde haya bastante especio ya que ha de doblar y hasta triplicar el volumen actual. Cubrimos de nuevo y en esta ocasión, dejamos levar 4 horas.

Tras las 4 horas, cortamos la bola por la mitad, ya que esta cantidad de ingredientes da para dos buenas alfiladas y amasamos para sacar el aire bien. Iremos viendo como deja de "soplar" y ya podremos dividir esta parte en tres churros para poder conformar la trenza. Hacemos lo mismo con la otra bola.

Por último, las ponemos en la bandeja de horno y las pintamos con un huevo batido previamente. Dejamos ahora levar las trenzas otra media hora. 




Para finalizar, horneamos a 180ºC sobre 30 minutos, todo dependerá del horno que tengas, el mío tiende a tardar un poco más, id controlando el color que va adquiriendo la masa o el olor porque os va a dejar un olor en casa, que vais a tener que controlaros para no intentar comerla caliente.

Por último, la sacamos, la dejamos reposar y tenéis una merienda o un desayuno de auténticos campeones. 

sábado, 22 de agosto de 2020

Ruta de las Foces de El Pino

Estamos en periodo vacacional y no puedo dejar de incluir la ruta que hicimos (en dos ocasiones) el pasado año. La hicimos dos veces porque la primera nos llovió y aunque intentamos seguir, empezó una tormenta y ya tuvimos que retirarnos. La segunda vez nos llovió un poquitín pero íbamos mejor preparados y no hubo tormenta eléctrica. Por favor, con tormenta ni os lo planteeis, es muy peligroso.

Esta ruta transcurre por el concejo de Aller, cercana a la localidad de El Pino. Para poder llegar a ella, partimos de Oviedo por la A-66 dirección León,  poco después de pasar Mieres, cogemos la salida 54 dirección Moreda y al Puerto de San Isidro (AS-112). A los 12 Km. de pasar Cabañaquinta, llegaremos al pueblo de El Pino, donde dejamos el coche. Si más o menos te fijas desde el coche ves letreros de la ruta y además, en la margen derecha hay una hilera de aparcamientos donde podemos dejar el coche sin problema. También puedes adentrarte en el pueblo pero me parece molestar a los vecinos y dependiendo del coche, la posibilidad de tener que maniobrar para dos pasinos más que vas a dar, no merece la pena.

Seguimos un camino asfaltado que nos llevó al inicio de la ruta, donde encontramos un puente sobre el río, que no se llama Pino, el río que atraviesa el pueblo es el Valmartín, el nombre de la ruta se debe al pueblo. y empezamos a subir por una carretera estrecha llegando en unos 400 m. al Molín del Peón, antiguo molino restaurado donde también hay un vivero de truchas. Se puede llegar con el coche  hasta aquí, pero lo que decíamos antes, hay poco espacio donde aparcar. Un poco más adelante, nos encontraremos una pequeña área recreativa con poco más de dos mesas pero muy agradable y en la misma orilla del río, que es donde paramos la primera de las veces que fuimos a hacer esta ruta para coger fuerzas. Poco antes nos entretuvimos en la primera fuente de la ruta, la fuente de la Salud. Hay que cruzar por el puente de piedra y tomar el camino de la izquierda para seguir la ruta de «Las Foces del Pino». El camino de suave ascenso transcurre a la vera del río y atraviesa un bosque de castaños y robles.

Según avanzas, la subida se hace más pronunciada y es cada vez más pedregoso, con una niña de 3 años nos costó un poco esta parte, en la que prevalecen hayedos y acebos, menos mal que ibamos viendo cabañas y pastos con vacas que iban haciendo el camino más entretenido para ellas. A medio camino puedes rellenar la cantimplora en la Fuente Gavalanceras, un antiguo bebedero de ganado.


Según he podido leer, esta ruta sigue una antigua calzada romana que usaban los vaqueros del concejo para llevar el ganado a las brañas altas en época estival, así como paso de peregrinos para cruzar a la provincia de León.
En esta primera parte de la ruta, avanzamos en ascenso entre prados y mucho árbol, castaño y sobretodo avellanos. Tras pasar la fuente, vemos como poco a poco el camino se va estrechando y nos vamos acercando al desfiladero, sólo tenemos que ver al fondo las paredes verticales.








El puente que aparece a continuación es la entrada al desfiladero, a partir de aquí nos espera la zona más espectacular de la ruta. La separación entre las paredes verticales de roca no excede los 6 m en algunas zonas y hay continuos saltos de agua y cascadas al margen del camino. Esto le da una belleza singular.


Este camino formaba parte del camino de los peregrinos que se dirigían a san Salvador en Oviedo, no me extraña que estos sitios de peregrinación hayan tenido tanta transcendencia porque siempre escogen parajes de una gran conexión con la naturaleza, normal que te asalte el misticismo. 


























Nosotros tardamos alrededor de 4 horas en hacer la ruta, pero porque hacíamos paradas por las pequeñas, por las fotos, etc.
¿Que os ha parecido la entrada de hoy? ¿Conocíais la ruta? ¿Soñamos?


sábado, 16 de mayo de 2020

Valle de la Angostura

Ya tenemos la primavera aquí al lado y con este sol y con días cada vez más largos parece que apetece más acercarnos a la naturaleza y disfrutar un día entero en ella, viendo como surgen las flores y como la hierba coge vigor y sale con fuerza. Pues os propongo un sitio para perderse si estais buscando algo así. ¿Se nota que empecé esta entrada antes de la cuarentena, eh? Esta es una de las últimas salidas que hicimos antes de encerrarnos en casa.
Creando recuerdos y no cosas
Se trata de una ruta por la zona de Rascafría, más allá del Paular. Si tenéis niños vais a tener un montón de cosas con las que alucinar: aparte de llevar el río al lado todo el rato y encontrar a lo largo del camino sitios donde tirar piedras, habrá muchas rocas gigantes, zonas de campo abierto donde correr, flores tipo azafrán que están saliendo, cascadas impresionantes, patos... Las nuestras las disfrutaron a rabiar. Para los adultos es un paseo agradable, sin dificultades y con un agua prístina, que refleja el paisaje y nos arrulla con su rumor durante todo el recorrido. 
La ruta se desarrolla en la zona norte de la comunidad de Madrid, en la zona entre Rascafría y el puerto de Cotos. Para llegar al punto de partida, tendréis que ir al aparcamiento que encontramos al lado de los restaurantes Pinosaguas y la Isla, entre los kilómetros 31 y 32 de la carretera M-604 entre Racafría y el puerto de Cotos. Desde el aparcamiento del área recreativa La Isla, vamos por un camino que nos lleva derechos a la orilla del arroyo Angostura, o río Lozoya, aguas arriba, por el mismo lado del aparcamiento, (derecho según subimos). Nada más salir del parking nos encontramos con un puente a nuestra izquierda que nos lleva al restaurante La Isla, por el que no tenemos que cruzar
Presa del Pradillo
El sendero sigue avanzando entre robles y hermosos ejemplares de pino albar, llegando enseguida a la cascada que forma la Presa del Pradillo. Tanto la cortina de agua como el tranquilo embalse que encontraremos en la parte superior forman un bello entorno que merece la pena contemplar sosegadamente.Nosotros escogimos esta tranquila zona que parece un espejo para detenernos y comer tranquilamente. Encontramos unos cuantos patos que hizo aún más entretenida la comida. La novedad de comer en el monte, comprarles un postre sorpresa de corazón y cosas así ya eran suficiente pero ver patos, ¡uff!, alucinan.
Nuestro comedor con vistas
El camino continua y se bifurca, el oficial un poco más arriba pero hay otro que ha ido haciendo la gente para no perder de vista el río. Nos encontramos en una zona repleta de majestuosos pinos, salteado de grandes rocas pero muy cómoda de caminar. Seguimos sin problemas el sendero bien marcado, que en todo momento lo llevamos pegados al río. Así, tras recorrer algo más de un kilómetro después de la presa, llegaremos a una pista que hemos de seguir hacia la izquierda.

Esta pista será nuestra senda a través del valle que no le resta un ápice de encanto a la ruta, porque seguiremos disfrutando del río y de las diferentes cascadas, puentes y formas de las rocas y además bajo la sombra de unos buenos pinos.

Nosotros tuvimos tanto entretenimiento que no llegamos a doblar la ruta, sino que dimos la vuelta sobre nuestros pasos, porque lo que queríamos realmente es disfrutar los cuatro de una salida a la naturaleza.Hicieron el lobo en las rocas, jugaron con la arena en los remansos del río, hicieron de trogloditas pintando dibujos con palos en las rocas... una maravilla, vamos. 
Solo una muestra de la maravilla de paisaje
Quien nos iba a decir que era una de nuestras últimas salidas, menos mal que la disfrutamos a tope, a ver si poco a poco, la gente se va concienciando un poco de en que vivimos y esto se levanta, pero bien, con prudencia, mascarillas y RESPETANDO LAS NORMAS Y LEYES, que para algo se hacen. 
¿Soñamos?



miércoles, 26 de febrero de 2020

Banda sonora de Gracias

Sí, dos entradas muy seguidas, pero es que tenía esta en la recámara desde hace tiempo y es tan... no sé, tan restauradora... Solemos decir siempre las críticas y tan poco sacar lo bueno y los agradecimientos... De lo malo hay tanto...

A ti, que llegaste por casualidad y me ayudaste sin saberlo a salir de un hoyo de desconfianza y negatividad y poco a poco te convertiste además, en mi amiga. Te aprecio mucho, Ado, te he copiado, pero es que representa tan bien esos tiempos en los que nos conocimos....

A mis chicos del datajá, igual no leerán nunca porque no les va este rollo pero esta canción me recuerda el optimismo y ganas de por la mañana cuando iba a trabajar con ellos. A mi amiga Ado le dieron la vida y a mi me devolvieron la fe, ellos saben. Gracias.



A Pablo, Comiendote a besos de Rozalen. Además de por lo obvio, que es mi pareja desde hace tanto, porque está a las buenas y a las malas, sobre todo en el segundo y me apoya cuando menos me lo merezco, cuando no hay quien me soporte y me sobrepaso. Esta canción no es que nos represente ninguna cita ni momento en la vida, pero es cantarla con esa sonrisa, así es como vivir contigo, a pesar de todo, sacarme una sonrisa en el momento que no me espero. Gracias.

A mis cuñados, mis compañeros de trajin con nuestras niñas, que otra cosa que agradecer los buenos momentos pasados en fines de semana, excursiones, navidades, que una versión del Asturias de Victor Manuel cantada con sus amigos. Esta es la canción que más emociona (o eso creo) a los asturianos sobre nuestra tierrina.


A mis queridos compañeros del MIS, que fueron tantos años y tantos buenos momentos vividos juntos, casi podemos casar nuestros hijos, la nueva generación. Gracias Antonio, Manuel, Lupita, Rubén, Nati, George, Alfieri, fuimos tantos...


A mi querida little princess, Ana, que nos conocimos de casualidad y con la que tenemos tantas conexiones, te dedico esta Nana de Dumbo porque me refleja esa delicadeza y magia que transmites. Amiga, arriba que puedes con todo. Tu vales mucho.

A la gente de la nueva generación que aporta, que lucha por tener un futuro, un planeta mejor, son nuestra esperanza y la de nuestros hijos, para ellos, esta canción que me requetencanta para levantar animo, High hopes de Panic at the disco

Y una canción que me recuerda a mis peques, les encanta cantar conmigo en el coche, en casa, en todas partes, me recuerda a campamento, piscina, verano y a sus sonrisas cantándola...
A mis hijas, Sofía

Y para mi familia, para los que están conmigo y que no están pasando por su mejor momento y los que nos han dejado, una canción que me recuerda mucho a ellos.


Ha sido liberador, e inspirador, espero que os guste. ¿Soñamos?




viernes, 21 de febrero de 2020

El vuelo de los gansos

Que inspiradora y qué sabia es la naturaleza. A veces, nos rompemos la cabeza buscando ideas nuevas para la mejora en tantas cosas y tenemos el ejemplo al alcance de la mano. Tal es el caso de los modelos migratorios de algunas aves. Se trata, en efecto, de un esquema que evoca muchas sugerencias e ideas relacionadas con el trabajo en equipo, entre otras.Como veremos, también reflexiones acerca de la sociedad en la que vivimos.

Cuando los economistas japoneses Kaname Akamatsu y Saburo Okita propusieron a los políticos de su país, derrotado por la segunda guerra mundial, un modelo de desarrollo inspirado en el vuelo de los gansos -el Ganko-Keitai-, no era un momento muy apto para estas evocaciones, suponemos que les costó lo suyo hacer entender su idea, la cual es sencilla.Los gansos vuelan formando una "V" porque cada pájaro, al batir sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al ganso que va detrás de él.El vuelo de los gansos y su estructura en «V» es solidaria e integradora de todos los individuos y además es mucho más eficaz porque la unión hace la fuerza.

La idea, sin embargo, es sencilla. Los gansos, cuando emigran a tierras más cálidas en las que pasar el período invernal, avanzan en uve, guiados por uno de ellos. Todos siguen la estela de ese líder, ahorrándose así el esfuerzo de romper cada uno de ellos los aires, si hubieran decidido volar de forma independiente. Akamatsu y Okita pensaban que Japón debería acelerar la recuperación de los desastres de la guerra, apoyando algunas empresas clave, en sectores especiales, para que actuaran con capacidad de arrastre de las demás.

Fuera del mundo empresarial, los gansos y las ocas, que no han estudiado economía ni les preocupa el crecimiento sostenido, cuando emigran, saben hacia dónde van. Lo hacen siempre al mismo lugar, donde, año tras año, generación tras generación, han estado yendo, y en donde colectivamente se sienten seguros de encontrar algunos pastos, el calor suficiente y el mínimo descanso que necesitan hasta que llegue la primavera. Entonces retornarán a las tierras ya desheladas que tuvieron que abandonar para no morirse de hambre y frío, y que, con el rebrotar de la naturaleza, les volverán a proporcionar lo que necesitan para procrear y proseguir su ciclo vital.

Pero antes de esto, los gansos comprueban lo siguiente durante el viaje:que hay una forma de volar que no solo facilita el vuelo individual sino que ayuda al resto a volar, que cada vez que un ganso se sale de la formación y siente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo y de inmediato se reincorpora al grupo, para beneficiarse del poder del compañero que va adelante.Que cuando un líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar. Los gansos que van detrás producen un sonido propio de ellos y lo hacen con frecuencia para estimular a los que van adelante para mantener la velocidad.Cuando un ganso enferma o cae herido, dos de sus compañeros se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo, y se quedan con él hasta que esté nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere.

Primera Reflexión:
  • Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de equipo pueden llegar a cumplir sus objetivos más fácil y rápidamente porque ayudándonos entre nosotros, los logros son mejores.Cada vez que un ganso se sale de la formación y siente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo y de inmediato se incorpora de nuevo a la fila para beneficiarse del poder del compañero que va adelante.
Segunda Reflexión
  • Si se trabaja en equipo, y a pesar de las dificultades, los conflictos cotidianos, mantenemos en claro el objetivo institucional, el esfuerzo será menor. Por qué se descubre el sentido a la tarea. La pertenencia aumenta y se afianza la coherencia.Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los lugares de atrás y otro ganso toma su lugar
Tercera Reflexión:
  • Obtenemos resultados óptimos cuando hacemos turnos para realizar los trabajos difíciles.Los gansos que van detrás, producen un sonido propio de ellos, y hacen esto con frecuencia, para estimular a los que van adelante a mantener la velocidad. Los gansos que van atrás graznan para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad.
Cuarta Reflexión:
  • Una palabra de aliento a tiempo ayuda, da fuerza, motiva, produce el mejor de los beneficios. También beneficia escuchar las críticas. El objetivo es mejorar siempre.Finalmente cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros gansos salen de la formación y lo siguen para apoyarlo y protegerlo. Necesitamos fomentar constantemente la solidaridad humana dentro de nuestros equipos. Una de las razones más fuertes de motivación entre las organizaciones la constituye la posibilidad de “llevarme bien con la gente con la que trabajo”, es decir, el compañerismo y la camaradería. Un equipo solidario, que tiende la mano a los miembros que lo necesiten, se convierte en un equipo sólido y de alto rendimiento.
Quinta Reflexión:
  • Si tuviéramos la inteligencia de un ganso, nos mantendríamos siempre uno al lado del otro, ayudándonos y acompañándonos. Esto se llama: TRABAJO EN EQUIPO.
Sexta Reflexión:
  • No todos podemos aportar igual o lo mismo al equipo. Esto es tan interesante... Recuerdo esa fase con Antonio y Manuel, donde yo era un perfil bastante diferente al suyo y como nos compenetrábamos, algunos de ellos eran más técnicos y otros tenían un perfil más funcional, más dedicados a entender la lógica del negocio, cada uno complementaba al de al lado y todos hacíamos de todo. Unos aportan energía y dinamismo, otros aportan experiencia. Unos tenemos aptitudes para el proceso, otros por naturaleza se inclinan más hacia el pensamiento creativo y directivo. Unos tenemos ciertas habilidades y otros, otras. Pero todos somos piezas importantes en el engranaje de nuestra unidad. Es en la diversidad de fortalezas, justamente, en donde radica la fuerza del equipo.
Séptima Reflexión:
  • Con el trabajo en equipo se produce sinergia. Uno más uno no es dos, sino tres o cuatro. El que consigamos mediante el apoyo reducir el esfuerzo en el trabajo y, mediante la rotación del líder, no solo suma, sino que multiplica la motivación, el aprendizaje y la productividad, se facilita el logro de las metas propuestas y el proceso mismo. Al trabajar en equipo, los resultados finales se incrementan, a veces a niveles asombrosos.
Octava Reflexión:
  • Debemos apoyar a nuestros líderes. Los gansos que van detrás del líder van graznando, es decir, emitiendo periódicamente el sonido característico de esas aves. Pero, cosa curiosa, dicen que el que va adelante, el líder (y a veces los que le siguen de cerca en la punta de la uve) no graznan: esos van –literalmente—“con el pico callado”. Las conclusiones de los estudiosos apuntan a que los gansos van dándole ánimos al que va adelante porque el esfuerzo del que va en la punta siempre es mayor. El líder no lleva a nadie delante en su bandada, y por eso él sí debe hacer un mayor esfuerzo al aletear.
Según ese estudio, adelante van los gansos más fuertes aleteando enérgicamente. Atrás van los gansos más viejos, o los más débiles, o los enfermos.

La época actual fomenta la aparición del individualismo, desde el que se refiere al único interés por su persona hasta el individualismo referido a un ego colectivo, tipo pareja, familia. Fuera de aquí no importa y se pasa por encima de ellos con tal de conseguir un fin particular.

Los gansos ha descubierto que es mejor ayudarse unos a otros que competir por ver quién llega primero, Es más razonable ayudarse que destruirse. Es mejor ser compañeros de viaje que hacen más fácil el vuelo que competidores que se obstaculizan y se destruyen.

No nos damos cuenta de que, a la larga, esa forma egoísta de plantear las cosas, acaba siendo perjudicial para todos. Porque la unión hace la fuerza. Cuando un ganso decide volar por su cuenta, olvidándose de los demás, tiene muchas más dificultades en hacerlo.

Nos está pasando que, al ir cada uno a lo suyo, nos estamos perjudicando todos. Nuestra fuerza se multiplicaría si nos ayudásemos unos a otros. Pero no. Cada individuo piensa que los demás son obstáculos, destructores o competidores de su felicidad. De hecho, esto se ha fomentado desde numerosas organizaciones. Porque si, te hablaban de que tenías que trabajar en equipo pero al final tus promociones, objetivos, evaluaciones, tu "biblia corporativa" te decía que tenías que destacar, estar por encima del resto de compañeros, lo que se dice estar en el centro de una campana de Gauss. Como si se tratase de repartir un pastel y pensásemos que lo que se lleva el otro, nos lo quita a nosotros. En vez de darle la vuelta la tortilla y pensar en que o construimos entre todos una casa o no tendremos casa. Son dos formas de ver las cosas. Los gansos nos muestran que beneficios se obtienen con la forma solidaria de proceder.

Los gansos tienen una estrategia colectiva de vuelo. La asunción de responsabilidades se reparte para ejercer el liderazgo de forma que cuando uno se cansa otro le releva. Cuando uno no puede más, es relevado por otro, que tiene que hacer un esfuerzo singular durante un tiempo. El líder vuela al servicio el grupo. No se aprovecha de los demás sino que los sirve. Esa forma de asumir la responsabilidad es positiva para todos, no solo para quien la ejerce. El relevo hace que todos puedan aportar ese servicio al grupo.Esto pasa tan poco... yo lo he visto en dos ocasiones, con mi compañero de fatigas Antonio durante varios años, en los que estábamos llevando de manera bicéfala un equipo (cuyos integrantes, también estaban siempre pendientes del otro, en la mejor época con Alfieri, Nati, Jorge, Vanesa...) y con otro equipo reciente, de chicos jóvenes ( Jaime, Lau, Javi, Fer y Ado) donde cada uno dejaba de hacer algo para apoyar a la persona o personas que pudieran entregar valor al cliente. Una experiencia maravillosa, puede sonar a un artículo en linkedin cualquiera, pero cuando lo vives desde dentro alguna vez, te das cuenta de como esto redunda en el equipo, en el rodaje, en la manera de adelantarte a las necesidades. Básicamente también es dar con gente que sienta empatía. 

Cuando el líder está como uno más en el grupo, sabe lo que es ser un líder y cuando está ejerciendo el liderazgo sabe lo que es estar como uno más en el grupo. No creo que unos hayan nacido para el liderazgo y otros para la obediencia sino que todos hemos nacido para ayudarnos mutuamente en funciones diferentes.

El sonido que emiten los gansos sirve de estímulo y de aliento a los demás. Frente al uso de la palabra para destruir, desanimar, criticar y demoler, existe la posibilidad de utilizarla para alentar, ayudar y estimular a los demás. Los gansos se animan a través de los sonidos que vienen a decir: estamos juntos, ánimo, adelante…

Me gusta, sobre todo, de esta maravillosa lección, la ayuda que el grupo presta a quien flaquea o enferma. La actitud de abandonarlos a su suerte es propia de grupos desalmados. La atención a los que tienen problemas es un signo de la categoría moral de las sociedades. Sería más fácil dejar que quien flaquea o enferma, caiga y se pierda. Los demás podrían seguir sin ese peso, esfuerzo. Decidir acompañarlos hasta que se incorporan al grupo o mueren, significa velar por la dignidad de cada individuo.


Ayudar a los débiles, a los enfermos, a los discapacitados es un modo de construir un grupo inteligente y solidario. En una ciudad hecha para los niños, piensa Francesco Tonucci, pueden habitar enfermos, mujeres embarazadas, discapacitados, ancianos… En el vuelo de los gansos están todos, no solo los más fuertes, los más sanos, los que vuelan mejor.
«La ciencia ha descubierto que los gansos vuelan formando una «V» porque cuando cada ave bate sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al ganso que va detrás de ella. Volando en «V», toda la bandada aumenta por lo menos en 71% más su poder de vuelo, que si cada ave lo hiciera sola (…)
Si tuviéramos la inteligencia de un ganso, nos mantendríamos siempre uno al lado del otro, ayudándonos y acompañándonos»
¿Cómo nos hemos dejado engañar durante miles de años de que la ley del más fuerte, la competitividad, el egoísmo y el individualismo es lo mejor para la sociedad? 
No sé si los gansos coincidirán en todo con el concepto de trabajo en equipo que se impulsa desde las organizaciones, pero es posible que sigan las mismas reglas (o nosotros, sin saberlo, las de ellos). Podemos ser diez personas y trabajar en grupo. O podemos ser diez personas en nuestra unidad, y trabajar en equipo. La diferencia entre una y otra será perfectamente obvia en los resultados: Trabajando en equipo producimos más, con menos esfuerzo, y con mayor satisfacción.
“Un Trabajo en Equipo es un grupo de personas altamente comunicativas, con diferentes trasfondos, habilidades y aptitudes, con un propósito en común, que están trabajando juntas para lograr objetivos claramente identificados”.

viernes, 10 de enero de 2020

Tarta de crema de orujo

La tarta que hoy os traigo es un poquito más elaborada que las que suelo traer al blog, más que nada porque lo hice en porciones individuales, ingredientes un poco diferentes, tampoco es muy díficil, pero lleva tiempo. Pero es que nunca la había probado y desde entonces, ha pasado a ser mi favorita. Da igual lo llena que esté, que si esta tarta está cerca, tengo que probarla.
La primera vez que la probé fue en el restaurante El Llagar de Titi en Asturias y desde entonces lo he probado en algún otro sitio, también en Asturias y nos ha enamorado, por eso, a pesar de ser un poco más laboriosa, me he decidido a hacerla.


Nosotros somos de tomarnos de vez en cuando un chupitín de crema de orujo u otra marca comercial siempre que no tenemos que conducir y la verdad, esto combinado con el café soluble en tarta queda espectacular, ya me lo diréis. 
Por cierto, es una tarta fría. ¿Y como hacemos las porciones individuales para que no se desparrame todo? Pues aquí os doy la muestra de como lo hice, que yo no tenía ni idea, cogí un molde de emplatar, lo rodee con este rollo de PVC para pastelería y le puse un celo para mantenerlo e ir montando las distintas capas. Creo que lo veréis mejor en fotos.
Por cierto, salen como unas ocho raciones de estas, perfectas para una comida familiar.

Ingredientes:
Para la base de galleta:
12 galletas digestivas
75 gramos de mantequilla derretida.

Para la crema de orujo 
250 ml de nata para montar
250 gramos de queso Mascarpone
100 ml de crema de orujo, en nuestro caso del Monasterio de Corias, como debe ser.
100 gramos de azúcar
1 yogur griego
5 hojas de gelatina 
15 ml de leche caliente para disolver la gelatina

Para la gelatina de café
125 ml de agua 
1 cucharada de café soluble
1 cucharada de azúcar
2 hojas de gelatina

Elaboración:
Ponemos las galletas digestive en un vaso de batidora para triturarlas.Trituramos las galletas hasta que quede un polvo fino.Las galletas trituradas las llevamos a un bol y ahí le añadimos la mantequilla derretida y mezclamos muy bien para que se vaya formando una mezcla maleable. 
Ahora, colocamos en la base del molde la mezcla de galletas y mantequilla, aplastamos bien para formar la base de la tarta.En mi caso, lo que os decía, cogí un molde de emplatar, lo rodee con el plastico, lo pegué y para que fuese quedando prensada la masa, como no tenía otro artilugio, tiré del culo de un vaso para aplastarlo. A continuación, metemos en el frigorífico una hora mínimo para que se solidifique. 



Mientras tenemos la base en la nevera vamos hidratando las hojas de gelatina en agua fría durante unos 4 minutos. Para disolverlas y agregarlas a la crema las mezclaremos en un vaso con una par de deditos de leche caliente. Introducimos las hojas en la leche caliente y mezclamos muy bien hasta que se disuelvan.



Mezclamos el queso Mascarpone, el yogur griego, el azúcar, la gelatina que hemos hidratado previamente y la crema de orujo. Tiene que quedar una crema homogénea sin grumos.















Montamos la nata. Para que monte bien, la nata debe de estar fría y el recipiente igual. Para ello, metí el recipiente como 15 minutos en el congelador y la nata llevaba ya un buen rato en la nevera. Para montar la nata usé la batidora con las varillas, también se puede hacer en un robot, pero a mi se me acumulaban cosas y preferí tirar de otra y lavar luego para poder ir despejando la cocina.


Agregamos la crema de queso y orujo a la nata montada. Mezclamos con movimiento envolventes para que no se baje la nata y quede una crema buenísima. Sacamos el molde de la nevera y vertemos la crema encima de la base de galleta. Lo metemos 4 horas otra vez en el frigo para que se cuaje bien la tarta. 



Para la gelatina de café: ponemos un cazo al fuego el agua, el azúcar y el café soluble, cocemos hasta que se haya disuelto el azúcar y quitamos del fuego. Incorporamos la gelatina que ya tendríamos hidratada y escurrida como antes hemos hecho con las otras hojas, removemos muy bien hasta que se disuelva y dejamos enfriar un poquito. Vertemos por encima de nuestra tarta de queso que hemos sacado de la nevera y volvemos a introducir en la nevera otra hora para que se solidifique la gelatina y listo.
Y este es el resultado final.No le añadí nada y a lo mejor parece un poco soso, pero está de vicio.

Consejos:
Para que la nata monte bien, metemos previamente el molde unos minutos en el congelador o nevera, es fundamental que el recipiente y la nata estén bien fríos.
Fijaros bien si compráis la gelatina, la hay en láminas y la hay en polvo. Yo en esta receta he usado láminas pero también en otra lo usé en polvo. Varían los gramos y las concentraciones, yo busqué en internet equivalencias para poder usar la de polvo, pero tiene su encanto. Por asegurar, yo tiré por las láminas. Para mi gusto, creo que le sobraba un poco de gelatina, porque lo prefiero más mousse, pero quienes la probaron quedaron encantados, no me dijeron nada del punto de la tarta.
Para mi gusto, está mejor de un día para otro, porque va como asentando el sabor y está un pelín más intenso.