viernes, 10 de enero de 2020

Tarta de crema de orujo

La tarta que hoy os traigo es un poquito más elaborada que las que suelo traer al blog, más que nada porque lo hice en porciones individuales, ingredientes un poco diferentes, tampoco es muy díficil, pero lleva tiempo. Pero es que nunca la había probado y desde entonces, ha pasado a ser mi favorita. Da igual lo llena que esté, que si esta tarta está cerca, tengo que probarla.
La primera vez que la probé fue en el restaurante El Llagar de Titi en Asturias y desde entonces lo he probado en algún otro sitio, también en Asturias y nos ha enamorado, por eso, a pesar de ser un poco más laboriosa, me he decidido a hacerla.


Nosotros somos de tomarnos de vez en cuando un chupitín de crema de orujo u otra marca comercial siempre que no tenemos que conducir y la verdad, esto combinado con el café soluble en tarta queda espectacular, ya me lo diréis. 
Por cierto, es una tarta fría. ¿Y como hacemos las porciones individuales para que no se desparrame todo? Pues aquí os doy la muestra de como lo hice, que yo no tenía ni idea, cogí un molde de emplatar, lo rodee con este rollo de PVC para pastelería y le puse un celo para mantenerlo e ir montando las distintas capas. Creo que lo veréis mejor en fotos.
Por cierto, salen como unas ocho raciones de estas, perfectas para una comida familiar.

Ingredientes:
Para la base de galleta:
12 galletas digestivas
75 gramos de mantequilla derretida.

Para la crema de orujo 
250 ml de nata para montar
250 gramos de queso Mascarpone
100 ml de crema de orujo, en nuestro caso del Monasterio de Corias, como debe ser.
100 gramos de azúcar
1 yogur griego
5 hojas de gelatina 
15 ml de leche caliente para disolver la gelatina

Para la gelatina de café
125 ml de agua 
1 cucharada de café soluble
1 cucharada de azúcar
2 hojas de gelatina

Elaboración:
Ponemos las galletas digestive en un vaso de batidora para triturarlas.Trituramos las galletas hasta que quede un polvo fino.Las galletas trituradas las llevamos a un bol y ahí le añadimos la mantequilla derretida y mezclamos muy bien para que se vaya formando una mezcla maleable. 
Ahora, colocamos en la base del molde la mezcla de galletas y mantequilla, aplastamos bien para formar la base de la tarta.En mi caso, lo que os decía, cogí un molde de emplatar, lo rodee con el plastico, lo pegué y para que fuese quedando prensada la masa, como no tenía otro artilugio, tiré del culo de un vaso para aplastarlo. A continuación, metemos en el frigorífico una hora mínimo para que se solidifique. 



Mientras tenemos la base en la nevera vamos hidratando las hojas de gelatina en agua fría durante unos 4 minutos. Para disolverlas y agregarlas a la crema las mezclaremos en un vaso con una par de deditos de leche caliente. Introducimos las hojas en la leche caliente y mezclamos muy bien hasta que se disuelvan.



Mezclamos el queso Mascarpone, el yogur griego, el azúcar, la gelatina que hemos hidratado previamente y la crema de orujo. Tiene que quedar una crema homogénea sin grumos.















Montamos la nata. Para que monte bien, la nata debe de estar fría y el recipiente igual. Para ello, metí el recipiente como 15 minutos en el congelador y la nata llevaba ya un buen rato en la nevera. Para montar la nata usé la batidora con las varillas, también se puede hacer en un robot, pero a mi se me acumulaban cosas y preferí tirar de otra y lavar luego para poder ir despejando la cocina.


Agregamos la crema de queso y orujo a la nata montada. Mezclamos con movimiento envolventes para que no se baje la nata y quede una crema buenísima. Sacamos el molde de la nevera y vertemos la crema encima de la base de galleta. Lo metemos 4 horas otra vez en el frigo para que se cuaje bien la tarta. 



Para la gelatina de café: ponemos un cazo al fuego el agua, el azúcar y el café soluble, cocemos hasta que se haya disuelto el azúcar y quitamos del fuego. Incorporamos la gelatina que ya tendríamos hidratada y escurrida como antes hemos hecho con las otras hojas, removemos muy bien hasta que se disuelva y dejamos enfriar un poquito. Vertemos por encima de nuestra tarta de queso que hemos sacado de la nevera y volvemos a introducir en la nevera otra hora para que se solidifique la gelatina y listo.
Y este es el resultado final.No le añadí nada y a lo mejor parece un poco soso, pero está de vicio.

Consejos:
Para que la nata monte bien, metemos previamente el molde unos minutos en el congelador o nevera, es fundamental que el recipiente y la nata estén bien fríos.
Fijaros bien si compráis la gelatina, la hay en láminas y la hay en polvo. Yo en esta receta he usado láminas pero también en otra lo usé en polvo. Varían los gramos y las concentraciones, yo busqué en internet equivalencias para poder usar la de polvo, pero tiene su encanto. Por asegurar, yo tiré por las láminas. Para mi gusto, creo que le sobraba un poco de gelatina, porque lo prefiero más mousse, pero quienes la probaron quedaron encantados, no me dijeron nada del punto de la tarta.
Para mi gusto, está mejor de un día para otro, porque va como asentando el sabor y está un pelín más intenso.



1 comentario:

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