Mientras soñaba Un espacio para compartir todo aquello que se me pase por la cabeza. Pensamientos, viajes, naturaleza, cocina, moda, música... ¡Anímate a soñar conmigo!

miércoles, 26 de febrero de 2020

Banda sonora de Gracias

Sí, dos entradas muy seguidas, pero es que tenía esta en la recámara desde hace tiempo y es tan... no sé, tan restauradora... Solemos decir siempre las críticas y tan poco sacar lo bueno y los agradecimientos... De lo malo hay tanto...

A ti, que llegaste por casualidad y me ayudaste sin saberlo a salir de un hoyo de desconfianza y negatividad y poco a poco te convertiste además, en mi amiga. Te aprecio mucho, Ado, te he copiado, pero es que representa tan bien esos tiempos en los que nos conocimos....

A mis chicos del datajá, igual no leerán nunca porque no les va este rollo pero esta canción me recuerda el optimismo y ganas de por la mañana cuando iba a trabajar con ellos. A mi amiga Ado le dieron la vida y a mi me devolvieron la fe, ellos saben. Gracias.



A Pablo, Comiendote a besos de Rozalen. Además de por lo obvio, que es mi pareja desde hace tanto, porque está a las buenas y a las malas, sobre todo en el segundo y me apoya cuando menos me lo merezco, cuando no hay quien me soporte y me sobrepaso. Esta canción no es que nos represente ninguna cita ni momento en la vida, pero es cantarla con esa sonrisa, así es como vivir contigo, a pesar de todo, sacarme una sonrisa en el momento que no me espero. Gracias.

A mis cuñados, mis compañeros de trajin con nuestras niñas, que otra cosa que agradecer los buenos momentos pasados en fines de semana, excursiones, navidades, que una versión del Asturias de Victor Manuel cantada con sus amigos. Esta es la canción que más emociona (o eso creo) a los asturianos sobre nuestra tierrina.


A mis queridos compañeros del MIS, que fueron tantos años y tantos buenos momentos vividos juntos, casi podemos casar nuestros hijos, la nueva generación. Gracias Antonio, Manuel, Lupita, Rubén, Nati, George, Alfieri, fuimos tantos...


A mi querida little princess, Ana, que nos conocimos de casualidad y con la que tenemos tantas conexiones, te dedico esta Nana de Dumbo porque me refleja esa delicadeza y magia que transmites. Amiga, arriba que puedes con todo. Tu vales mucho.

A la gente de la nueva generación que aporta, que lucha por tener un futuro, un planeta mejor, son nuestra esperanza y la de nuestros hijos, para ellos, esta canción que me requetencanta para levantar animo, High hopes de Panic at the disco

Y una canción que me recuerda a mis peques, les encanta cantar conmigo en el coche, en casa, en todas partes, me recuerda a campamento, piscina, verano y a sus sonrisas cantándola...
A mis hijas, Sofía

Y para mi familia, para los que están conmigo y que no están pasando por su mejor momento y los que nos han dejado, una canción que me recuerda mucho a ellos.


Ha sido liberador, e inspirador, espero que os guste. ¿Soñamos?




viernes, 21 de febrero de 2020

El vuelo de los gansos

Que inspiradora y qué sabia es la naturaleza. A veces, nos rompemos la cabeza buscando ideas nuevas para la mejora en tantas cosas y tenemos el ejemplo al alcance de la mano. Tal es el caso de los modelos migratorios de algunas aves. Se trata, en efecto, de un esquema que evoca muchas sugerencias e ideas relacionadas con el trabajo en equipo, entre otras.Como veremos, también reflexiones acerca de la sociedad en la que vivimos.

Cuando los economistas japoneses Kaname Akamatsu y Saburo Okita propusieron a los políticos de su país, derrotado por la segunda guerra mundial, un modelo de desarrollo inspirado en el vuelo de los gansos -el Ganko-Keitai-, no era un momento muy apto para estas evocaciones, suponemos que les costó lo suyo hacer entender su idea, la cual es sencilla.Los gansos vuelan formando una "V" porque cada pájaro, al batir sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al ganso que va detrás de él.El vuelo de los gansos y su estructura en «V» es solidaria e integradora de todos los individuos y además es mucho más eficaz porque la unión hace la fuerza.

La idea, sin embargo, es sencilla. Los gansos, cuando emigran a tierras más cálidas en las que pasar el período invernal, avanzan en uve, guiados por uno de ellos. Todos siguen la estela de ese líder, ahorrándose así el esfuerzo de romper cada uno de ellos los aires, si hubieran decidido volar de forma independiente. Akamatsu y Okita pensaban que Japón debería acelerar la recuperación de los desastres de la guerra, apoyando algunas empresas clave, en sectores especiales, para que actuaran con capacidad de arrastre de las demás.

Fuera del mundo empresarial, los gansos y las ocas, que no han estudiado economía ni les preocupa el crecimiento sostenido, cuando emigran, saben hacia dónde van. Lo hacen siempre al mismo lugar, donde, año tras año, generación tras generación, han estado yendo, y en donde colectivamente se sienten seguros de encontrar algunos pastos, el calor suficiente y el mínimo descanso que necesitan hasta que llegue la primavera. Entonces retornarán a las tierras ya desheladas que tuvieron que abandonar para no morirse de hambre y frío, y que, con el rebrotar de la naturaleza, les volverán a proporcionar lo que necesitan para procrear y proseguir su ciclo vital.

Pero antes de esto, los gansos comprueban lo siguiente durante el viaje:que hay una forma de volar que no solo facilita el vuelo individual sino que ayuda al resto a volar, que cada vez que un ganso se sale de la formación y siente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo y de inmediato se reincorpora al grupo, para beneficiarse del poder del compañero que va adelante.Que cuando un líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar. Los gansos que van detrás producen un sonido propio de ellos y lo hacen con frecuencia para estimular a los que van adelante para mantener la velocidad.Cuando un ganso enferma o cae herido, dos de sus compañeros se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo, y se quedan con él hasta que esté nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere.

Primera Reflexión:
  • Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de equipo pueden llegar a cumplir sus objetivos más fácil y rápidamente porque ayudándonos entre nosotros, los logros son mejores.Cada vez que un ganso se sale de la formación y siente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo y de inmediato se incorpora de nuevo a la fila para beneficiarse del poder del compañero que va adelante.
Segunda Reflexión
  • Si se trabaja en equipo, y a pesar de las dificultades, los conflictos cotidianos, mantenemos en claro el objetivo institucional, el esfuerzo será menor. Por qué se descubre el sentido a la tarea. La pertenencia aumenta y se afianza la coherencia.Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los lugares de atrás y otro ganso toma su lugar
Tercera Reflexión:
  • Obtenemos resultados óptimos cuando hacemos turnos para realizar los trabajos difíciles.Los gansos que van detrás, producen un sonido propio de ellos, y hacen esto con frecuencia, para estimular a los que van adelante a mantener la velocidad. Los gansos que van atrás graznan para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad.
Cuarta Reflexión:
  • Una palabra de aliento a tiempo ayuda, da fuerza, motiva, produce el mejor de los beneficios. También beneficia escuchar las críticas. El objetivo es mejorar siempre.Finalmente cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros gansos salen de la formación y lo siguen para apoyarlo y protegerlo. Necesitamos fomentar constantemente la solidaridad humana dentro de nuestros equipos. Una de las razones más fuertes de motivación entre las organizaciones la constituye la posibilidad de “llevarme bien con la gente con la que trabajo”, es decir, el compañerismo y la camaradería. Un equipo solidario, que tiende la mano a los miembros que lo necesiten, se convierte en un equipo sólido y de alto rendimiento.
Quinta Reflexión:
  • Si tuviéramos la inteligencia de un ganso, nos mantendríamos siempre uno al lado del otro, ayudándonos y acompañándonos. Esto se llama: TRABAJO EN EQUIPO.
Sexta Reflexión:
  • No todos podemos aportar igual o lo mismo al equipo. Esto es tan interesante... Recuerdo esa fase con Antonio y Manuel, donde yo era un perfil bastante diferente al suyo y como nos compenetrábamos, algunos de ellos eran más técnicos y otros tenían un perfil más funcional, más dedicados a entender la lógica del negocio, cada uno complementaba al de al lado y todos hacíamos de todo. Unos aportan energía y dinamismo, otros aportan experiencia. Unos tenemos aptitudes para el proceso, otros por naturaleza se inclinan más hacia el pensamiento creativo y directivo. Unos tenemos ciertas habilidades y otros, otras. Pero todos somos piezas importantes en el engranaje de nuestra unidad. Es en la diversidad de fortalezas, justamente, en donde radica la fuerza del equipo.
Séptima Reflexión:
  • Con el trabajo en equipo se produce sinergia. Uno más uno no es dos, sino tres o cuatro. El que consigamos mediante el apoyo reducir el esfuerzo en el trabajo y, mediante la rotación del líder, no solo suma, sino que multiplica la motivación, el aprendizaje y la productividad, se facilita el logro de las metas propuestas y el proceso mismo. Al trabajar en equipo, los resultados finales se incrementan, a veces a niveles asombrosos.
Octava Reflexión:
  • Debemos apoyar a nuestros líderes. Los gansos que van detrás del líder van graznando, es decir, emitiendo periódicamente el sonido característico de esas aves. Pero, cosa curiosa, dicen que el que va adelante, el líder (y a veces los que le siguen de cerca en la punta de la uve) no graznan: esos van –literalmente—“con el pico callado”. Las conclusiones de los estudiosos apuntan a que los gansos van dándole ánimos al que va adelante porque el esfuerzo del que va en la punta siempre es mayor. El líder no lleva a nadie delante en su bandada, y por eso él sí debe hacer un mayor esfuerzo al aletear.
Según ese estudio, adelante van los gansos más fuertes aleteando enérgicamente. Atrás van los gansos más viejos, o los más débiles, o los enfermos.

La época actual fomenta la aparición del individualismo, desde el que se refiere al único interés por su persona hasta el individualismo referido a un ego colectivo, tipo pareja, familia. Fuera de aquí no importa y se pasa por encima de ellos con tal de conseguir un fin particular.

Los gansos ha descubierto que es mejor ayudarse unos a otros que competir por ver quién llega primero, Es más razonable ayudarse que destruirse. Es mejor ser compañeros de viaje que hacen más fácil el vuelo que competidores que se obstaculizan y se destruyen.

No nos damos cuenta de que, a la larga, esa forma egoísta de plantear las cosas, acaba siendo perjudicial para todos. Porque la unión hace la fuerza. Cuando un ganso decide volar por su cuenta, olvidándose de los demás, tiene muchas más dificultades en hacerlo.

Nos está pasando que, al ir cada uno a lo suyo, nos estamos perjudicando todos. Nuestra fuerza se multiplicaría si nos ayudásemos unos a otros. Pero no. Cada individuo piensa que los demás son obstáculos, destructores o competidores de su felicidad. De hecho, esto se ha fomentado desde numerosas organizaciones. Porque si, te hablaban de que tenías que trabajar en equipo pero al final tus promociones, objetivos, evaluaciones, tu "biblia corporativa" te decía que tenías que destacar, estar por encima del resto de compañeros, lo que se dice estar en el centro de una campana de Gauss. Como si se tratase de repartir un pastel y pensásemos que lo que se lleva el otro, nos lo quita a nosotros. En vez de darle la vuelta la tortilla y pensar en que o construimos entre todos una casa o no tendremos casa. Son dos formas de ver las cosas. Los gansos nos muestran que beneficios se obtienen con la forma solidaria de proceder.

Los gansos tienen una estrategia colectiva de vuelo. La asunción de responsabilidades se reparte para ejercer el liderazgo de forma que cuando uno se cansa otro le releva. Cuando uno no puede más, es relevado por otro, que tiene que hacer un esfuerzo singular durante un tiempo. El líder vuela al servicio el grupo. No se aprovecha de los demás sino que los sirve. Esa forma de asumir la responsabilidad es positiva para todos, no solo para quien la ejerce. El relevo hace que todos puedan aportar ese servicio al grupo.Esto pasa tan poco... yo lo he visto en dos ocasiones, con mi compañero de fatigas Antonio durante varios años, en los que estábamos llevando de manera bicéfala un equipo (cuyos integrantes, también estaban siempre pendientes del otro, en la mejor época con Alfieri, Nati, Jorge, Vanesa...) y con otro equipo reciente, de chicos jóvenes ( Jaime, Lau, Javi, Fer y Ado) donde cada uno dejaba de hacer algo para apoyar a la persona o personas que pudieran entregar valor al cliente. Una experiencia maravillosa, puede sonar a un artículo en linkedin cualquiera, pero cuando lo vives desde dentro alguna vez, te das cuenta de como esto redunda en el equipo, en el rodaje, en la manera de adelantarte a las necesidades. Básicamente también es dar con gente que sienta empatía. 

Cuando el líder está como uno más en el grupo, sabe lo que es ser un líder y cuando está ejerciendo el liderazgo sabe lo que es estar como uno más en el grupo. No creo que unos hayan nacido para el liderazgo y otros para la obediencia sino que todos hemos nacido para ayudarnos mutuamente en funciones diferentes.

El sonido que emiten los gansos sirve de estímulo y de aliento a los demás. Frente al uso de la palabra para destruir, desanimar, criticar y demoler, existe la posibilidad de utilizarla para alentar, ayudar y estimular a los demás. Los gansos se animan a través de los sonidos que vienen a decir: estamos juntos, ánimo, adelante…

Me gusta, sobre todo, de esta maravillosa lección, la ayuda que el grupo presta a quien flaquea o enferma. La actitud de abandonarlos a su suerte es propia de grupos desalmados. La atención a los que tienen problemas es un signo de la categoría moral de las sociedades. Sería más fácil dejar que quien flaquea o enferma, caiga y se pierda. Los demás podrían seguir sin ese peso, esfuerzo. Decidir acompañarlos hasta que se incorporan al grupo o mueren, significa velar por la dignidad de cada individuo.


Ayudar a los débiles, a los enfermos, a los discapacitados es un modo de construir un grupo inteligente y solidario. En una ciudad hecha para los niños, piensa Francesco Tonucci, pueden habitar enfermos, mujeres embarazadas, discapacitados, ancianos… En el vuelo de los gansos están todos, no solo los más fuertes, los más sanos, los que vuelan mejor.
«La ciencia ha descubierto que los gansos vuelan formando una «V» porque cuando cada ave bate sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al ganso que va detrás de ella. Volando en «V», toda la bandada aumenta por lo menos en 71% más su poder de vuelo, que si cada ave lo hiciera sola (…)
Si tuviéramos la inteligencia de un ganso, nos mantendríamos siempre uno al lado del otro, ayudándonos y acompañándonos»
¿Cómo nos hemos dejado engañar durante miles de años de que la ley del más fuerte, la competitividad, el egoísmo y el individualismo es lo mejor para la sociedad? 
No sé si los gansos coincidirán en todo con el concepto de trabajo en equipo que se impulsa desde las organizaciones, pero es posible que sigan las mismas reglas (o nosotros, sin saberlo, las de ellos). Podemos ser diez personas y trabajar en grupo. O podemos ser diez personas en nuestra unidad, y trabajar en equipo. La diferencia entre una y otra será perfectamente obvia en los resultados: Trabajando en equipo producimos más, con menos esfuerzo, y con mayor satisfacción.
“Un Trabajo en Equipo es un grupo de personas altamente comunicativas, con diferentes trasfondos, habilidades y aptitudes, con un propósito en común, que están trabajando juntas para lograr objetivos claramente identificados”.