Mientras soñaba Un espacio para compartir todo aquello que se me pase por la cabeza. Pensamientos, viajes, naturaleza, cocina, moda, música... ¡Anímate a soñar conmigo!

lunes, 29 de septiembre de 2014

No te merece

Cuentan que había una vez un rey muy apuesto que estaba buscando esposa...

Por su palacio pasaron todas las mujeres mas hermosas del reino y de otros mas lejanos; muchas le ofrecían además de su belleza y encantos muchas riquezas, pero ninguna lo satisfacía tanto como para convertirse en su reina.

Cierto día llego una mendiga al palacio de este rey y con mucha lucha consiguió una audiencia.

“No tengo nada material que ofrecerte; solo puedo darte el gran amor que siento por ti” le dijo al rey: “si me permites puedo hacer algo para demostrarte ese amor”.

Esto despertó la curiosidad del rey, quien le pidió que dijera que seria eso que podía hacer.

“Pasare 100 dias en tu balcón, sin comer ni beber nada, expuesta a la lluvia, al sereno, al sol y al frío de la noche. Si puedo soportar estos 100 dias, entonces me convertirás en tu esposa”.

El rey, sorprendido mas que conmovido, acepto el reto. Le dijo: “Acepto. Si una mujer puede hacer todo esto por mi, es digna de ser mi esposa.

Dicho esto la mujer empezó su sacrificio.

Empezaron a pasar los dias y la mujer valientemente soportaba las peores

tempestades... Muchas veces sentía que desfallecía del hambre y el frío, pero la alentaba imaginarse finalmente al lado de su gran amor.

De vez en cuando el rey asomaba la cara desde la comodidad de su habitación para verla y le hacia señas de aliento con el pulgar.

Así fue pasando el tiempo... 20 dias... 50... la gente del reino estaba feliz, pues pensaban “por fin tendremos reina!!”… 90 dias... y el rey continuaba asomando su cabeza de vez en cuando para ver los progresos de la mujer. “Esta mujer es increíble” pensaba para si mismo y volvía a darle alientos con señas.

Al fin llego el día 99 y todo el pueblo empezó a reunirse en las afueras del palacio para ver el momento en que aquella mendiga se convertiría en esposa del rey. Fueron contando las horas... a las 12 de la noche de ese día tendrían reina!!..

La pobre mujer estaba muy desmejorada; había enflaquecido mucho y contraído enfermedades. Entonces sucedió. A las 11:00 del día 100, la valiente mujer se rindió... Y decidió retirarse de aquel palacio. Dio una triste mirada al sorprendido rey y sin decir ni media palabra se marchó.

La gente estaba conmocionada!! Nadie podía entender porque aquella valiente mujer se había rendido faltando tan solo 1 hora para ver sus sueños convertirse en realidad!! Había soportado tanto!!

Al llegar a su casa, su padre se había enterado ya de lo sucedido. Le pregunto: “porque te rendiste a tan solo instantes de ser la reina?

Y ante su asombro ella respondió:

“Estuve 99 dias y 23 horas en su balcón, soportando todo tipo de calamidades y no fue capaz de liberarme de ese sacrificio. Me veía padecer y solo me alentaba a continuar, sin mostrar siquiera un poco de piedad ante mi sufrimiento. Esperé todo este tiempo un atisbo de bondad y consideración que nunca llegaron.

Entonces entendí: una persona tan egoísta, desconsiderada y ciega, que solo piensa en si misma, no merece mi amor.

MORALEJA: Cuando ames a alguien y sientas que para mantener a esa persona a tu lado tienes que sufrir, sacrificar tu esencia y hasta rogar, aunque te duela, retírate.

Y no tanto porque las cosas se tornen difíciles, sino porque quien no te haga sentir valorado, quien no sea capaz de dar lo mismo que tú, quien no pueda establecer el mismo compromiso, la misma entrega... Simplemente NO TE MERECE.






miércoles, 24 de septiembre de 2014

La mariposa

Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo.

 Un día vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por abrirlo mas grande y poder salir.

 El hombre vio que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento.

 Parecía que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo más grande y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía un cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

 El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.

 Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.

 Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.

 La libertad y el volar solamente podían llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su salud.

 Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si la naturaleza nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido.








domingo, 21 de septiembre de 2014

Ruta del Alba (PR-AS: 62)

Siempre que pensamos en vacaciones reunimos información de las rutas que nos gustaría hacer o repetir en Asturias. Es verdad que en ocasiones hacemos alguna por otros lares, pero como en nuestra tierra, se siente, en ningún sitio. Este año, con la pequeña, estábamos un poco más limitados para hacerlas con lo que teníamos que buscar algún sitio con poca dificultad, poco recorrido o que permitiese llevar carrito. Con este último supuesto encontramos esta ruta entre otras y, como ya el año pasado me quedó pendiente, ni lo dudamos, en cuanto tengamos un día medio decente, para allá que vamos.Es apta, por tanto, para carritos de bebé y sillas de ruedas (en la mayor parte del recorrido). La hicimos el día 16 de agosto, que hacía un día de sol estupendo pero que no hacía una temperatura exagerada, es decir, estaríamos como a 23, 24º C a lo sumo.

Esta ruta se inicia en el pueblo Soto de Agues, en el concejo de Sobrescobio, a muy poco de la capital, Rioseco. La ruta del Alba forma parte de la numerosa red de senderos que podrás encontrar en el Parque Natural de Redes. Por su belleza y su fácil andadura, se ha convertido en uno de los elementos emblemáticos del Parque, siendo además declarado como Monumento Natural en el año 2001. Esta ruta no tiene gran dificultad, pues el desnivel es mínimo y la mayor parte de la misma está asfaltada, salvo el tramo final. Nosotros, como llegamos un poco tarde, jugamos con la niña, le dimos de merendar y demás, pues no pudimos completarla hasta el final que quizás es la parte más espectacular. No obstante, creo que las fotos de la parte que nosotros hicimos no os van a decepcionar. 

Comenzamos a relataros como fue nuestra tarde en la ruta del Alba. En primer lugar, una vez llegamos a Soto de Agues, dejamos el coche en el parking gratuito habilitado para los visitantes. El pueblo, que mantiene gran parte del mismo con arquitectura tradicional, es un área protegida.


Nos adentramos en el pueblo y caminamos hacia el final del mismo, aquí encontraremos un lavadero y ya vemos la senda hormigonada que nos conduce al inicio de la ruta, con el cartel informativo unos metros más adelante.

Casa rehabilitada siguiendo la arquitectura tradicional asturiana

Como se puede observar, abandonamos el pueblo , sus prados, sus pomaradas y nos vamos a adentrar en el monte lleno de castaños, avellanos, roble o carbayu (en asturiano), etc.


Una vez superada la piscifactoría, la ruta comienza a internarse en el bosque, haciéndose un poco más angosta y donde ya sentimos el rumor del río Alba que le da nombre a la senda. 


A continuación, como foto de rigor, la que da fe de nuestra presencia en la ruta para poder comentar esta experiencia con criterio.


Continuamos el camino con el sonido del río Alba todo el rato a nuestra izquierda. Aquí nuestra hija se cansó de sillita y quería ir con papá o mamá y que le enseñásemos el río. ¡La primera vez que lo veía! Estaba encantada.



Un poco más adelante nos encontramos con unas vacas que bajaban por el camino, pues además de senda peatonal, es camino de paso a las distintas praderías del lugar. Doy fe que el camino estaba plagado de turistas y ellas, tan tranquilas. 
Observando las vacas venir con mi pequeña
En concreto, estas que bajaban son vacas que se tienen para su explotación cárnica, de la raza asturiana de los valles, ¿no son guapísimas?

Unos metros más adelante, vemos un puente de madera más viejo a nuestra izquierda, pero parece de acceso particular porque está cerrado del otro lado. Seguimos el paseo y vemos una mesa con un banco al lado del río. Si lo hubieramos sabido, hubiéramos parado allí para merendar, aunque es un sitio más sombrío y, por tanto, igual un poco fresco para el día que teníamos.

El Campurru
Un poco más adelante, llegamos a la zona conocida como el Campurru, donde se hallan restos de un cargadero de la mina de hierro. Son restos de la mina Carmen o de Llaímo o de Los Pandanes, como se conoce a una majada próxima. Se trata de un cargadero de principios del siglo XX, propiedad de Duro Felguera y que se explotó hasta 1967. Era tal su producción y su importancia, que se instaló un cable desde la mina hasta el Camporru, donde se puede ver aún restos del mineral dándole el caracterísco color del hierro. El cable aprovechaba la gravedad para descender el mineral, con lo que el transporte era muy económico.


Antiguo cargadero de hierro
Mas adelante, el antiguo cargadero de mina en desuso nos dará paso a una vista de cabañas reformadas en un prado a la izquierda. Una fuente, un puente y agua por todos lados nos encaminan hacia el final de la senda hormigonada. Nosotros, como habíamos llegado tarde y nos entretuvimos mucho, decidimos dar la vuelta aquí. Aproximadamente, llevábamos 3.5 km sólo ida, luego hicimos en total unos siete kilómetros. 

                   
Por último, os dejamos una foto del lavadero que encontramos al inicio de la ruta, pero que fotografiamos al final para poder hacerlo así, vacío de gente.
                               
Unos cuantos consejos adicionales para la ruta. Son de sentido común, pero muchas veces nos insisten a los senderistas con ellos y no están de más transmitirlos:
-Llevar ropa y calzado adecuado. 
-Infórmate antes de salir de la predicción meteorológica.
-En caso de que disminuya la visibilidad por niebla, no seguir caminando hasta que desaparezca.
-Está prohibido hacer fuego fuera de los lugares autorizados.
-Muy importante: Deposita la basura en CONTENEDORES. Cuantas veces un incendio se produce por basura en el monte.
-No molestar al ganado ni a la fauna silvestre. 
-Respeta las propiedades y las costumbres locales. Cierra las portillas que encuentres a tu paso.

Espero que os haya gustado tanto como a mí. Ya estoy pensando en el próximo año para repetirla hasta el final.



sábado, 20 de septiembre de 2014

¿Por qué circulan por la izquierda?

Siempre nos referimos a los ingleses como los europeos raritos, todo lo hacen al revés, la conducción, la moneda, el sistema métrico... Hoy quiero comentaros sobre el porqué de que ellos circulen por la izquierda. 

La costumbre de circular por la izquierda de los ingleses se remonta, según las fuentes, a la época de los romanos o la Edad Media. La idea era que los conductores de carros tuvieran la mano derecha libre para empuñar un arma y defenderse de un enemigo. Además, en las épocas en las que existían grandes carruajes, con muchos caballos, al lanzar el látigo e ir cada uno por su derecha se alcanzaban mutuamente, hiriendo e incluso matando a los cocheros. La solución a esto fue que, yendo por la izquierda, se evitaban este tipo de accidentes. Por eso en Inglaterra se conduce por la izquierda, así como en las que fueron sus colonias, entre otras India y Australia. 

Cuando Napoleón gobernaba sobre media Europa (era zurdo y no se incluían entre sus territorios de influencia las Islas Británicas), obligó a sus territorios a circular or la derecha, pues prefería mantener el brazo izquierdo entre él y sus oponentes. Desde entonces, los países conquistados por Napoleón y dominados por Francia, adoptaron esta costumbre, mientras que aquellos que estaban bajo la influencia del Imperio Británico circularon por la izquierda. 



sábado, 6 de septiembre de 2014

Los retos de una nueva madre

Este texto, recogido de la web de Vivian Watson http://naceunamama.com/, recoge ampliamente los sentimientos encontrados una vez te conviertes en mamá. Es además un buen punto de referencia para nuevas mamás.  
¿Qué puedo decir ahora? Blanca nos cambió la vida. No recuerdo cómo vivíamos sin ella. Por eso, para explicarlo mejor, incluyo el texto al que hago referencia, muy bonito, por cierto. 

A veces es muy duro convertirse en madre.
Sí: vale la pena.
Sí: es la experiencia más poderosa que puede llegar a vivir una mujer.
Sí: nada te marca tanto como el momento en que sostienes por fin en brazos al hijo que acaba de salir de ti, deliciosamente sucio, húmedo, caliente, y te mira a los ojos como diciendo: te conozco.
Pero es duro. Y no sólo se trata de la falta de sueño, de las secuelas del parto, de los cuidados que demanda un recién nacido (¡tan pequeñito y tan exigente!), ni siquiera del cóctel de hormonas que te deja turuleta hasta varias semanas después. Tampoco la falta de experiencia y la incertidumbre acerca de si lo estás haciendo bien o no, ni las propias dudas y comentarios de familiares bienintencionados pero que no hacen sino disparar tu propia inseguridad, tu miedo. Es bastante más que eso. Es la ruptura total y repentina con tu propia identidad, con aquello que hasta el momento de parir te había definido: tus proyectos, tus ambiciones, tu trabajo, tus amigos, tu cuerpo, y todo aquello que llamabas tuyo. Tu tiempo. Tu vida. Es mirarte al espejo mientras tu criaturita está prendada a tu pecho, y no reconocerte.
¿En qué momento te convertiste en esta mujer ojerosa que no tiene un minuto ni para darse una ducha? ¿Quién es ella? ¿Quién eres ahora?
Sigues siendo tú, sólo que una versión más grande de ti misma. Pero al principio no lo sabes. Al principio no te encuentras. No hay nada que logre vincular esta nueva vida tuya de cambios de pañal, tetadas a deshoras y canciones de cuna, con aquella otra vida que parece tan remota, aquella en la que ibas y venías a tu antojo, disponías de tu tiempo y te pertenecías. Porque, claro, todo tu ser es ahora para otro. Y ese otro se está alimentando de ti, no sólo de tu leche, sino también de tus caricias, de tus canciones, de tus palabras, de tu calor.
Y el tiempo pasa, desde luego que pasa. Llegará el momento en el que, sin darte cuenta casi, las tomas se acorten y las horas de sueño nocturno se alarguen. Tu bebé aprenderá a sostener la cabeza, luego a darse la vuelta, luego a gatear. El día menos pensado te regalará una sonrisa y pensarás que todo el esfuerzo ha sido poco. Un día te dirá mamá. Lo verás correr en el parque, subirse solo al tobogán, jugar con otros niños, garabatear las primeras letras que te mostrará orgulloso. Y por nada del mundo querrás cambiarte por esa otra que eras, y que tan poco sabía acerca del amor..

viernes, 5 de septiembre de 2014

Hoy necesito

Hoy necesito que me abraces fuerte...
Sin palabras, sin excusas, solo brazos
que no tengas prisa, que no me recuerdes
que solo somos la apariencia de este barro

Hoy necesito
que me abraces fuerte
por encima de los miedos y prejuicios
que alcances ya los huesos
y me despiertes lejos
de esta torpe selva fin de siglo.

Y no me preguntes
que es lo que pasa
no traigo heridas
es solo que preciso
notarte bien dentro
sentirme en casa
saber que es muy cierto que estoy contigo
Hoy necesito
que me abraces fuerte
y que tu silencio traiga mucha calma
que la noche venga lenta
como nieve
y nos halle enlazadas las espaldas

Hoy necesito
que me abraces fuerte
por encima de los miedos y prejuicios
que alcances ya los huesos
y me despiertes lejos
de esta torpe selva fin de siglo.




jueves, 4 de septiembre de 2014

Pedro y el hilo mágico

Pedro era un niño muy vivaracho. Todos le querían: su familia, sus amigos y sus maestros. Pero tenía una debilidad. - ¿Cual?

Era incapaz de vivir el momento. No había aprendido a disfrutar el proceso de la vida. Cuando estaba en el colegio, soñaba con estar jugando fuera. Cuando estaba jugando soñaba con las vacaciones de verano. Pedro estaba todo el día soñando, sin tomarse el tiempo de saborear los momentos especiales de su vida cotidiana.

Una mañana, Pedro estaba caminando por un bosque cercano a su casa. Al rato, decidió sentarse a descansar en un trecho de hierba y al final se quedó dormido. Tras unos minutos de sueño profundo, oyó a alguien gritar su nombre con voz aguda.

Al abrir los ojos, se sorprendió de ver una mujer de pie a su lado. Debía de tener unos cien años y sus cabellos blancos como la nieve caían sobre su espalda como una apelmazada manta de lana. En la arrugada mano de la mujer había una pequeña pelota mágica con un agujero en su centro, y del agujero colgaba un largo hilo de oro.

La anciana le dijo: "Pedro, este es el hilo de tu vida. Si tiras un poco de él, una hora pasará en cuestión de segundos. Y si tiras con todas tus fuerzas, pasarán meses o incluso años en cuestión de días" Pedro estaba muy excitado por este descubrimiento. "¿Podría quedarme la pelota?", preguntó. La anciana se la entregó.

Al día siguiente, en clase, Pedro se sentía inquieto y aburrido. De pronto recordó su nuevo juguete. Al tirar un poco del hilo dorado, se encontró en su casa jugando en el jardín. Consciente del poder del hilo mágico, se cansó enseguida de ser un colegial y quiso ser adolescente, pensando en la excitación que esa fase de su vida podía traer consigo. Así que tiró una vez más del hilo dorado.

De pronto, ya era un adolescente y tenía una bonita amiga llamada Elisa. Pero Pedro no estaba contento. No había aprendido a disfrutar el presente y a explorar las maravillas de cada etapa de su vida. Así que sacó la pelota y volvió a tirar del hilo, y muchos años pasaron en un solo instante. Ahora se vio transformado en un hombre adulto. Elisa era su esposa y Pedro estaba rodeado de hijos. Pero Pedro reparó en otra cosa. Su pelo, antes negro como el carbón, había empezado a encanecer. Y su madre, a la que tanto quería, se había vuelto vieja y frágil. Pero el seguía sin poder vivir el momento. De modo que una vez más, tiró del hilo mágico y esperó a que se produjeran cambios.

Pedro comprobó que ahora tenía 90 años. Su mata de pelo negro se había vuelto blanca y su bella esposa, vieja también, había muerto unos años atrás. Sus hijos se habían hecho mayores y habían iniciado sus propias vidas lejos de casa. Por primera vez en su vida, Pedro comprendió que no había sabido disfrutar de las maravillas de la vida. Había pasado por la vida a toda prisa, sin pararse a ver todo lo bueno que había en el camino.

Pedro se puso muy triste y decidió ir al bosque donde solía pasear de muchacho para aclarar sus ideas y templar su espíritu. Al adentrarse en el bosque, advirtió que los arbolitos de su niñez se habían convertido en robles imponentes. El bosque mismo era ahora un paraíso natural. Se tumbó en un trecho de hierba y se durmió profundamente.

Al cabo de un minuto, oyó una voz que le llamaba. Alzó los ojos y vio que se trataba nada menos que de la anciana qu muchos años atrás le había regalado el hilo mágico. "¿Has disfrutado de mi regalo?", preguntó ella. Pedro no vaciló al responder: "Al principio fue divertido pero ahora odio esa pelota. La vida me ha pasado sin que me enterase, sin poder disfrutarla.Claro que habría habido momentos tristes y momentos estupendos, pero no he tenido oportunidad de experimentar ninguno de los dos. Me siento vacío por dentro. Me he perdido el don de la vida. "Eres un desagradecido, pero igualmente te concederé un último deseo", dijo la anciana. Pedro pensó unos instantes y luego respondió: "Quisiera volver a ser un niño y vivir otra vez la vida". Dicho esto se quedó otra vez dormido.
Pedro volvió a oír una voz que le llamaba y abrió los ojos. ¿Quien podrá ser ahora?, se preguntó. Cual no sería su sorpresa cuando vio a su madre de pie a su lado. Tenía un aspecto juvenil, saludable y radiante. Pedro comprendió que la extraña mujer del bosque le había concedido el deseo de volver a su niñez.
Ni que decir tiene que Pedro saltó de la cama al momento y empezó a vivir la vida tal como había esperado. Conoció muchos momentos buenos, muchas alegrías y triunfos, pero todo empezó cuando tomó la decisión de no sacrificar el presente por el futuro y empezar a vivir en el ahora.
Fragmento tomado de "El monje que vendió su Ferrari" Robin S. Sharma


Reflexión: Muchas veces descuidamos el presente por focalizarnos en los anhelos futuros. En el mundo real por desgracia nunca tenemos una segunda oportunidad de vivir la vida y no podemos volver a atrás como en el cuento. Es importante llenar nuestro presente de momentos de calidad para poder construir nuestro futuro, no dejemos pasar la vida soñándola y sin vivirla.

Nos convencemos de que la vida será mejor después de cumplir los 18 años, después de casarnos, después de conseguir un mejor empleo, después de tener un hijo, después de tener otro...Entonces nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que nos sentiremos felices cuando lo sean. Después nos lamentamos porque son adolescentes difíciles de tratar; ciertamente, nos sentiremos más felices cuando salgan de esa etapa. Nos decimos que nuestra vida será completa cuando a nuestro(a) esposo(a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor coche o una mejor casa, cuando podamos ir de vacaciones, cuando estemos retirados.La verdad es que no hay mejor momento que este para ser felices. Si no es ahora, ¿cuándo? Alfred de Souza dijo: "Por largo tiempo parecía para mi que la vida estaba a punto de comenzar, la vida de verdad. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar; entonces la vida comenzaba. Hasta que me di cuenta de que estos obstáculos eran mi vida".
Esta perspectiva nos ayuda a ver que no hay camino a la felicidad: la felicidad es el camino. Debemos atesorar cada momento, mucho más cuando lo compartimos con alguien especial, y recordar que el tiempo no espera a nadie.
No espere hasta terminar la escuela, hasta volver a la escuela, hasta bajar diez quilos, hasta tener hijos, hasta que los hijos vayan a la escuela, hasta que se case, hasta que se divorcie, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que muera, para aprender que no hay mejor momento que éste para ser feliz. La felicidad es un trayecto, no un destino.




En el mundo real nunca tenemos una segunda oportunidad de vivir la vida con plenitud. Hoy es tu oportunidad de despertar a ese regalo que es la vida...antes de que sea tarde. 



EL MONJE QUE VENDIÓ SU FERRARI.


Robin Sharma