Pues parece que estos días me he animado con las recetas de nuevo, supongo que el que empiecen a bajar las temperaturas ayuda a ello, porque vaya verano que hemos pasado aquí en Madrid, inspiraba poco para ponerte al lado de una cocina.
Creo que la receta de hoy es de las pocas que he colgado de arroz, cosa imperdonable por mí porque, junto con la pasta es de lo que más me gusta. Como siempre, el buscar algo sencillo de preparar y con ingredientes al alcance de la mano es lo que prima.
El risotto a la milanesa tradicional suele incluir arroz, queso parmesano, azafrán o mantequilla, vino blanco, un caldo de verduras o pollo y sofrito de cebolla/ajo. En esta ocasión me decanté por añadir una nuez de margarina en lugar del azafrán porque me apetecía sobre todo que me quedase cremoso, esa untuosidad que tiene el risotto. También diré que el arroz indicado para este tipo de plato sería de tipo arborio, pero en su defecto he utilizado un arroz redondo/ bomba. Por último, le he añadido unos champiñones porque me apetecía, por darle un poco más de colorido y sabor al conjunto, por lo que la receta no es para nada la tradicional pero os puedo asegurar que me ha sabido a gloria.
Para los que no estéis familiarizados con el risotto, os diré que básicamente, lo que vamos a hacer es pochar la cebolla/ajo, añadir el arroz, el vino y luego, poquito a poco, incorporar el caldo caliente. Removeremos el risotto constantemente con cada cazo de caldo caliente para que lo vaya integrando en el arroz con movimientos circulares. Por último añadiremos el queso y la margarina (o mantequilla). No es nada complicado pero requiere estar ahí pegado al fuego durante al menos 25 minutos.
Ingredientes:
400 g arroz
1 cebolla
200 ml vino blanco
60 g mantequilla
60 g parmesano
1,5 l de caldo de pollo o verduras
aceite de oliva
sal
Elaboración:
Sofreímos la cebolla picada y el ajo picado con un par de cucharadas de aceite. Una vez que esta comience a dorarse, añadimos los champiñones a la olla, los removemos.
Por otro lado, en otra olla, si utilizamos pastilla de caldo, vamos ddisolviendo esta en 1'5 l de agua caliente. En nuestro caso, utilizamos caldo de verduras de Knorr, pero siempre es mejor un buen caldo natural.
Una vez hayamos rehogado los champiñones, añadimos el arroz y lo sofreímos hasta que éste quede traslúcido, añadiendo a continuación el vino blanco. Dejamos recudir este removiéndolo para que el arroz suelte el almidón y vamos añadiendo caldo poco a poco y removiendo. En este punto salpimentamos.
Una vez se haya consumido el caldo, continuamos añadiendo otro poco y removiendo constantemente hasta que se haga el arroz, que será en unos 20/25 minutos.
No tiene que quedar al dente, lo vamos cociendo a fuego medio, removiéndolo de cuando en cuando y una vez tengamos el arroz hecho, lo apartamos del fuego, añadimos la mantequilla y el queso y removemos bien para que se integre y nos quede bien cremoso.
Para que se haga bien, bajé bastante el fuego y aproveché un poco de caldo para remover todo junto y que tanto el queso como la mantequilla se hagan un poco y apenas se perciban. En el último punto, rectificamos de sal si fuera necesario.
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