Os traigo hoy un cuento que tiene que ver con el amor y que creo que muchos podremos ver reflejado en nosotros o en alguien cercano a nosotros. Es un cuento relativo a la libertad individual que tenemos como persona y no someterla a la relación que tengas con tu pareja, anulándote como persona. Hay muchas ocasiones en que una parte se anula con tal de estar con una pareja. La moraleja del cuento de hoy nos recuerda que estar en pareja no implica dejar de ser uno mismo, sino aportar cada uno al otro, ser parte de dos.
"Si quieres algo, déjalo ir. Si vuelve a ti, es "tuyo", si no...nunca lo fue"
Una vez, el hijo de un reconocido guerrero indígena y la hija de la mujer que había sido la matrona de la tribu, se enamoraron profundamente y habían planeado casarse.
Antes de formalizar su casamiento, fueron a ver al gurú de la tribu. Un hombre muy respetado por su conocida sabiduría. Los jóvenes querían preguntarle cuál era la fórmula para ser felices siempre el uno junto al otro.El sabio les preguntó si estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para encontrar la respuesta a su pregunta."Estamos dispuestos", le dijeron.
Entonces el sabio le pidió al hijo del guerrero que escalara la montaña más alta, y buscara allí el halcón más vigoroso. El que volara más alto, el que tuviera el pico más afilado y pareciera el más
fuerte. Cuando lo hubiera encontrado, debía apresarlo y entregárselo vivo.Y a la mujer le dijo, que debía entrar en el monte y buscar el águila que le pareciera la mejor cazadora. La que volara más alto, la que fuera más fuerte, la de mejor mirada. Debía capturarla y entregársela viva.
Cada uno salió a cumplir su tarea, sin entender muy bien el encargo del gurú, pero ilusionados por conocer el secreto de la felicidad de su futuro matrimonio.
Al cabo de varios días regresaron a ver al sabio, cada uno con el ave que se les había encomendado.
"¿Ahora qué hacemos?, ¿las cocinamos?, ¿las comemos?, ¿qué debemos hacer con ellas?"
"No, nada de eso" dijo riendo el sabio y les preguntó: "¿Ustedes realmente quieren ser felices siempre el uno al lado del otro?."
"Sí, claro", contestaron los jóvenes casi al unísono.
Y el sabio mirándolos fijamente preguntó:"¿Volaban alto?.¿Eran fuertes sus alas?, ¿eran aves sanas, independientes?".
"Sí" contestaron los jóvenes satisfechos.
"Muy bien", dijo el sabio. "Ahora deben atarlas entre sí por las patas y soltarlas para que vuelen".Así lo hicieron.Entonces el águila y el halcón comenzaron a tropezarse. Intentaron volar, pero lo único que lograban, era revolcarse en el suelo. Se hacían daño mutuamente, hasta que empezaron a picotearse entre sí. Entonces el sabio de la tribu les dijo: "Si ustedes quieren ser felices para siempre, VUELEN JUNTOS, PERO JAMÁS SE ATEN EL UNO AL OTRO".
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