Hoy os traigo otro de esos cuentos para reflexionar que se puede aplicar en múltiples situaciones de la vida. En resumen es comparte, ayuda, porque lo que das a los demás te será devuelto con creces.
En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso al mejor producto, año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.
En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso al mejor producto, año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.
_"¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año?" preguntó el reportero.
_"Verá usted, señor," dijo el agricultor.
_"El viento lleva el polen del maíz maduro, de un sembradío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz debo ayudar a que mi vecino también lo haga".
Lo mismo es con otras situaciones de nuestra vida. Quienes quieran lograr el éxito, deben ayudar a que sus vecinos también tengan éxito. Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos.
Como nos muestra esta historia, debemos difundir nuestro conocimiento compartiendo nuestro aprendizaje, nuestra comprensión, nuestras habilidades, pues es la manera en que además de ayudar a otros, podremos avanzar y aprender a su vez, además de disfrutar con la satisfacción al hacerlo. Habrá a quien le parezca falso o hipócrita, pero en mi caso, he sentido más de una vez un sentimiento de orgullo cuando he visto personas a las que he ayudado a formarse o a cambiar de algún modo de actitud ir creciendo y aprendiendo, ver que les has sido útil para crecer o para ser más felices.
“Lo que das recibes”, “lo que enseñas aprendes”.
Como nos muestra esta historia, debemos difundir nuestro conocimiento compartiendo nuestro aprendizaje, nuestra comprensión, nuestras habilidades, pues es la manera en que además de ayudar a otros, podremos avanzar y aprender a su vez, además de disfrutar con la satisfacción al hacerlo. Habrá a quien le parezca falso o hipócrita, pero en mi caso, he sentido más de una vez un sentimiento de orgullo cuando he visto personas a las que he ayudado a formarse o a cambiar de algún modo de actitud ir creciendo y aprendiendo, ver que les has sido útil para crecer o para ser más felices.
“Lo que das recibes”, “lo que enseñas aprendes”.
Proverbio chino
Ama como nunca has querido
no desprecies la amistad de tus amigos.
vive los días con fe, amor y paz,
trabaja como si no necesitaras el dinero.
y baila como si nadie te viera.
Marta, me encantan estas historias que ayudan a reflexionar. Me parecen un verdadero regalo.
ResponderEliminarEstá claro que tú también compartes las semillas de tu maíz de buena calidad.
Besos
Gracias, Curra, te agradezco mucho tus comentarios, muy honrada!
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