Bueno, pues después de mucho tiempo volvemos a la rutina de las entradas en el blog... un día os contaré como se hace una cocina en cinco fases (porque todo lo que podía fallar falló)... el caso que parece que por fin hemos terminado y la verdad que nos gusta como ha quedado.
Esta es la primera receta que os presento desde nuestra nueva cocina, la hecha a nuestro gusto. Poco a poco iréis viendo algún detalle, me tiene enamorada. El caso es que como tenía ayuda de las peques fue un poco difícil haceros mejores fotografías.
La receta de hoy me sorprendió porque a pesar de no llevar aceite es superjugoso, me recuerda a los típicos bollitos de leche, no sé, blandito y con ese aroma... no os podréis resistir.
Ingredientes (10 porciones):
200 g harina
200 g azúcar
4 huevos
8 g azúcar vainillado o 1 cucharada de esencia de vainilla
100 g de pepitas de chocolate
125 ml de leche
1 pellizco de sal
8 g de levadura tipo Royal
mantequilla o desmoldeador
Elaboración:
En primer lugar, para favorecer la esponjosidad del bizcocho, lo que vamos a hacer es separar en dos bols las claras de las yemas.
A las claras les echamos un pellizco de sal y la mitad del azúcar y las batimos hasta punto de nieve, momento en el que reservamos. En el bol donde tenemos las yemas, añadimos la leche, la otra mitad del azúcar y el azúcar vainillado. Batimos con las varillas hasta que la mezcla quede espumosa. A continuación, añadimos la harina y la levadura a las yemas con un colador (tamizamos la harina de modo que no se formen los grumos tan fácilmente) y batimos nuevamente hasta que la harina se integre completamente.
Posteriormente, añadimos las claras con movimientos envolventes hasta que la mezcla parezca homogénea.Ahora se mezclan las pepitas de chocolate en la masa y se vierte en un molde forrado o engrasado. Para que no suba mucho, podemos hacer lo siguiente: primero ponemos a 190ºC durante 10 minutos y luego lo bajamos a 170'ºC. De este modo, se sube más por el centro que por los bordes. Para comprobar si el bizcocho está hecho o no, pinchamos con un palillo de madera. Si está hecho, el palillo saldrá seco.
Para proceder a desmoldar lo mejor es dejar primero que se enfríe. Dicen que para evitar que las pepitas se vayan al fondo es bueno rebozarlas en harina... pero a mí no me funcionó, no sé que pudo fallar. En todo caso, no quedaron ni las migas y no os podéis imaginar el olor.. mmmm
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