Altas
cumbres abruptas, coronadas
por el
cendal de inmaculada nieve;
prados
cercados de florida sebe;
maizales,
viñedos, pomaradas.
Tupidísimas
selvas intrincadas
donde el sol
ni a penetrar se atreve;
regatos
limpios de corriente leve
y ríos que
descienden en cascadas.
¿Quién podrá
descifrar tanta belleza
que Asturias
toda guarda en sus rincones?
¡Cuando el
hombre se libre de locuras
y odie al
odio, y encauce las pasiones,
podrá vivir
la vida de venturas
que ofrece
una región con tales dones!
Rosario
Acuña
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