Quien esté interesado en visitar la ciudad de Oviedo no puede dejar de acercarse a los monumentos prerrománicos de Oviedo. Parte se hallan situados en la ladera del monte Naranco, desde el cual se ve toda la ciudad. Los monumentos fueron nombrados patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Como curiosidad adicional os diré que el símbolo que representa Asturias Paraíso Natural, el logo publicitario que habréis visto multitud de veces, está ligado a los arcos de uno de estos monumentos, la iglesia de Santa María del Naranco.
Para llegar a ellos, que están situados a unos 3 kilómetros del centro, lo más cómodo es subir en coche, hay parking gratuitos muy cerca de los monumentos.Nosotros escogimos esta opción y subimos por un camino desde el parking hasta los monumentos en medio de un bonito paisaje que desemboca en un conjunto de casas muy cuidadas a los pies de los monumentos. Es un poco pendiente pero nosotros subimos con carrito de bebé sin problema alguno. Si no dispones de vehículo, se puede acceder también en transporte público ( línea A2 (subida al Prerrománico) y línea A1 (bajada del Prerrománico) ).
El primero de los monumentos al cual accedes desde el parking es la Iglesia de Santa María del Naranco, un edificio construido inicialmente como un palacio de Ramiro I para el verano, bastante diferente al resto de edificios, con una arquitectura más majestuosa. En el siglo XII fue reconvertido en iglesia debido al derrumbamiento de la cabecera de la iglesia de San Miguel de Lillo. Tiene 2 plantas: la superior, que sería la principal, donde encontramos por primera vez techos abovedados construidos en piedra, es una gran sala cubierta con decoraciones de relieves de arcos entrecruzados de influencia celta, rematada por dos estancias abiertas al exterior por sendas galerías de arcos de medio punto. La decoración escultórica es rica ya que este era el salón en el que el rey recibía a sus visitas, con medallones en los que se representan, en relieve, diferentes animales y soldados en combate con una influencia oriental en los trazos. Desde estos dos balcones, podemos admirar todo Oviedo. La planta baja habría tenido funciones de oratorio y se compone de una gran sala central con dos cámaras, una de ellas solo con salida al exterior.
Unos 200 m más arriba encontraréis la Iglesia de San Miguel de Lillo, la cual en su día habría sido la capilla real de un palacio mandado construir por el rey Ramiro I en el año 848. En su momento poseía tres naves pero en el siglo XII sufrió un derrumbamiento y hoy día solo conserva el vestíbulo y el arranque de las naves, es un tercio de lo que fue. Aunque es un edificio pequeño, en su interior conserva pinturas y una decoración muy original con animales, figuras humanas y motivos geométricos.
Si podéis no dejéis de visitar este conjunto arquitectónico por la noche. Merece la pena subir en coche hasta la puerta de Santa María, está preciosa iluminada por la noche y desde allí podéis admirar la ciudad y sus luces nocturnas, con una tranquilidad...
¿Soñamos?
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