Hay quienes dicen que:
Hacerlo de pie fortalece la columna,
boca abajo estimula la circulación de la sangre,
boca arriba es más placentero.
Entre dos, enriquece el conocimiento.
En grupo puede ser divertido.
Hacerlo sólo también es muy rico,
y se dice que es el más provechoso de los placeres solitarios.
En el baño es muy digestivo,
en el auto puede ser peligroso...
Hacerlo con frecuencia
desarrolla la imaginación.
De rodillas resulta doloroso.
En fin, sobre la mesa o sobre el escritorio,
antes de comer o de sobremesa,
sobre la cama o en la hamaca,
desnudos o vestidos,
sobre el césped o la alfombra,
con música o en silencio,
entre sábanas o en el armario :
hacerlo, siempre es un acto de amor.
No importa la edad, ni la raza, ni el credo, ni el sexo, ni la posición económica
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