lunes, 2 de enero de 2017

Las enseñanzas de "El principito"

Hace poco me dio por leer uno de los libros más emblemáticos de los últimos tiempos, que siempre me había recomendado mi amiga Marga, que es también una buena soñadora y una de las personas más dulces y buenas que conozco.Y es que " El principito", junto con "El alquimista" son dos libros difíciles de clasificar y de los más leídos de todos los tiempos. Caracterizados ambos por gran simplicidad en la historia y su lectura, encierran grandes enseñanzas o moralejas en su interior. Hoy nos centramos en el francés, "El principito".

Pudiera parecer un libro infantil, pero si la lees siendo adulto podrás encontrar las lecciones ocultas que lleva en su interior, de una manera llana porque si hay algo que se deja claro en este libro es que la vida no es tan complicada como nos empeñamos en hacer ver.

Lo esencial es invisible a los ojos
"He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos".
Esta puede ser quizás una de las frases del libro que rápidamente reconocemos. Y es que en este mundo materialista y superficial donde vivimos, si quitamos todas las apariencias y artificios, nos queda la esencia: la bondad, el amor, el respeto, que no se compran ni se tocan.

Valorar la simplicidad de las cosas
"Las personas mayores no son capaces de comprender las cosas por sí mismas. Es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones"
Y es que las personas mayores hemos perdido esa capacidad de ser felices sin necesitar mucho, como cuando éramos niños y disfrutábamos tumbándonos en la hierba a mirar las formas de las nubes, o cuando acariciábamos nuestros animales o cuando nos sentábamos a ver una puesta de sol. El libro invita a la simplicidad, a recordar aquellas cosas sencillas que nos hacían felices.


La autoridad bien entendida
"-Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?
-La culpa sería de usted -le dijo el principito con firmeza.
-Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar -continuó el rey. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables."
"Por eso se atrevió a solicitar una gracia al rey: - Quisiera ver una puesta de sol… Dame el gusto, ordena que se ponga el sol. - Si ordeno a un general que vuele de flor en flor como una mariposa, o que escriba una tragedia, o que se transforme en ave marina, y si el general no ejecuta la orden recibida, ¿quién , él o yo , estaría en falta? - Vos – dijo firmemente el principito. - Exacto, hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer – replicó el rey…"
¿Verdad que parece simple? Si le vamos a pedir algo a alguien, reflexiona acerca de a quién se los estás proponiendo y si estás pidiendo algo que sea capaz de realizar. No obstante, bajo mi punto de vista, siempre hay que pedir un poco más (y dar un poco más).

Conócete a ti mismo y aprenderás a conocer a los demás
"Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un sabio".
En este capítulo te anima al auto-conocimiento para poder realmente juzgar a los demás. Porque es muy fácil quejarnos de los demás, de como está el mundo y nosotros no hacer nada para contribuir a un mejorarlo. Sólo si nos conocemos y hacemos algo por ser mejores cada día es cuando podemos conocer al resto de personas.

Tenemos el poder de hacer especiales a las personas
"No era más que un zorro, semejante a 100.000 otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único".
Es el tiempo que dedicamos a los demás y nuestro pensamiento el que hace únicas a las personas y especiales para ti.

No valores a la gente por lo que tiene, sino por lo que es
En un mundo como el actual, en el que todo se rige por las apariencias, en el que cada quien mira lo que tiene el otro, propone que nos adentremos en el interior de las personas, porque solo conociendo la verdadera esencia de las mismas podremos conocer y comprender a los demás.
"A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan lo esencial del mismo. Nunca preguntan: ‘¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas? Pero en cambio preguntan: ¿Qué edad tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solamente con esos detalles creen conocerte"
El valor de la experiencia
El principito se lamenta por no haber sabido ver más allá de los gestos de su rosa, que hubiera conocido con el tiempo, con la experiencia.
"Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras, me perfumaba, me iluminaba. Debí haberla adivinado de su ternura, detrás de sus pobres astucias. ¡Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla".
Uno siempre es responsable de lo que cuida
"Yo no te necesito, tú tampoco tienes la necesidad de mí, pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo"
"Eres responsable para siempre de aquello que has domesticado"
Estas frases se corresponden con la sección donde el principito se encuentra con el zorro, creo que de lo mejor del libro. El zorro sondea al principito, le mira y le pide que le domestique (le explica que viene de "crear lazos"). El zorro adentra a El Principito en el valor de la amistad, basada en el conocimiento con tacto, tiempo y paciencia. Aprender a acercarse poco a poco al otro y lo compara con las relaciones que hoy día la gente grande hace y deshace con facilidad debido a que no tienen la base de la domesticación, del conocimiento profundo y que se basan muchas veces en cierto interés que nada tiene que ver con la persona en sí sino con el interés económico, de poder, etc. Incluso se ve el acercamiento paulatino como algo obsoleto, pasado de moda por la agitación e inmediatez que impera en las relaciones humanas hoy en día. El zorro le alecciona a El Principito de como valorará y será más especial una relación en la que se hayan "domesticado".


El dinero te hace ciego ante la belleza
"Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo: ‘Soy un hombre serio, soy un hombre serio’, lo que le hace hincharse de orgullo. ¡Pero eso no es un hombre, es un hongo!".
El dinero no da la felicidad y es más, te domina de modo que te aleja de lo que puedes disfrutar en la vida, de "lo esencial".

Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección
El amor no es un acto individual, no significa tampoco admirar y apreciar al otro como si fuera un objeto o un trofeo. Amar es construir, es compañerismo puro, es encontrar a alguien para hacer un equipo y resistir las dificultades, sin dejar de tener en común la misma meta.

Mantén la ilusión y la inocencia a pesar de las malas experiencias
"Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió".
No podemos juzgar a todas las personas por el daño que te hizo una, ni vivir sin abrirnos a los demás porque una nos hizo daño. Puedes encontrar quien te haga recuperar la ilusión en las mismas.

Lo más brillante de la vida no se compra con dinero
Durante el encuentro del Principito con el hombre de negocios, le pregunta sobre qué hace con todas las estrellas que posee. 
"Nada, sólo las poseo", le responde el financiero. "Y ¿para qué te sirve poseer las estrellas?", le dice el héroe ficticio. —Me sirve para ser mas rico. Para comprar más estrellas si alguien las encuentra. —Pero, ¿cómo se pueden poseer las estrellas?".

Todas nuestras acciones tienen consecuencias.
"Nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, o no, a una rosa". 
Todo lo que ocurre y todo lo que hacemos, querámoslo o no, siempre tendrá repercusiones.
Es una frase que siempre oímos cuando éramos niños pero que recién cobra sentido cuando nos hacemos adultos. La invitación es dejar el pasado atrás y enfrentar nuestro presente de la mejor manera que se nos pueda ocurrir.

Hoy la entrada es especial, por el contenido y por tratarse del comienzo de un nuevo año, donde todos nos proponemos nuevos retos, ¿que tal tomar alguna de estas enseñanzas más presente en nuestras vidas? ¿Qué tal ser un poco más tú mismo y menos "políticamente correcto", lo que a veces llego a confundir con hipócrita?¿Qué tal ser un poco más empático con los demás y sus problemas? ¿Soñamos? 

2 comentarios:

  1. Gracias Marta, lo ley hace poco por segunda vez, con un poco de mas fantasia (si cabe) contandoselo a mi nieto, y le encuentro lleno de buenos consejos para ser mas humanos, pero tu has sacado algunos que yo habia pasado, por eso es lo de las Gracias. Un beso.

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    1. Julen, me ha emocionado imaginarte con tu nieto contándole este cuento, que bonito. Un poquito de esto que hiciéramos cada uno y este mundo tendría más futuro. Feliz año nuevo y gracias a ti por tus comentarios.
      Marta

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