Mientras soñaba Un espacio para compartir todo aquello que se me pase por la cabeza. Pensamientos, viajes, naturaleza, cocina, moda, música... ¡Anímate a soñar conmigo!

miércoles, 21 de diciembre de 2016

La isla de los sentimientos

Erase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos: la Alegría, la Tristeza y muchos más, incluyendo el Amor. Todos los sentimientos estaban allí. A pesar de los roces naturales de la convivencia, la vida era sumamente tranquila, hasta previsible. A veces, la Rutina hacía que el Aburrimiento se quedara dormido, o el Impulso armaba algún escándalo; otras veces, la Constancia y la Convivencia lograban aquietar al Descontento.
Un día, inesperadamente para todos los habitantes de la isla, el Conocimiento convocó una reunión. Cuando por fin la Distracción se dió por enterada y la Pereza llegó al lugar de encuentro, todos estuvieron presentes. Entonces, el Conocimiento dijo:
- “Tengo una mala noticia para darles... la isla se hunde..."
Todas las emociones que vivían en la isla dijeron:
- “¡No! ... ¿como puede ser? …¡Si nosotros vivimos aqui desde siempre!!!!”
Pero el Conocimiento repitió:
- “La isla se hunde”
- ¡Pero no puede ser!!! Quizás estás equivocado!!!”
- “El Conocimiento nunca se equivoca -dijo la Conciencia, dandose cuenta de la verdad-. Si él dice que se hunde, debe ser por que se hunde”.
- “Pero... ¿Qué vamos a hacer ahora????” -preguntaron los demás.
Entonces el Conocimiento contestó:
- “Por supuesto, cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo les sugiero que busquen la manera de abandonar la isla.... Construyan un barco, un bote, una balsa o algo que les permita irse, porque el que permanezca en la isla, desaparecerá con ella”.
-“¿No podrías ayudarnos?”, preguntaron todos, porque confiaban en su capacidad.
- “¡No ! -dijo el Conocimiento-, la Previsión y yo hemos construído un avión y en cuanto termine de decirles esto, volaremos hacia la isla más cercana...”
Las emociones dijeron:
- “¡No! ¡Pero no! ¿Qué será de nosotros???”
Dicho esto, el Conocimiento se subió al avión con su socia y, llevando de polizón al Miedo, que no es tonto y ya se había escondido en el motor, dejaron la isla.
Todas las emociones, en efecto, se dedicaron a construir un bote, un barco, un velero...Todas... Salvo el Amor.
Porque el amor estaba tan relacionado con cada cosa de la isla que dijo:
- “Dejar esta isla... después de todo lo que viví aquí... ¿Cómo podría yo dejar este arbolito, por ejemplo? Ahhh.... Compartimos tantas cosas...”
Y mientras las emociones se dedicaban a fabricar el medio de irse, el Amor se subía a cada árbol, olió cada rosa, se fué hasta la playa y se revolcó en la arena como solía hacer en otros tiempos. Tocó cada piedra...y acarició cada rama...
Al llegar a la playa, exactamente al lugar desde donde el sol salía, su lugar favorito, quiso pensar con esa ingenuidad que tiene el amor:
-"Quizás la isla se hunda por un ratito... y después resurja.... ¿por qué no?"
Y se quedó días y días midiendo la altura de la marca, para revisar si el proceso de hundimiento no era reversible... Pero la isla se hundía cada vez más...
Sin embargo, el Amor no podia pensar en construir nada, porque estaba tan dolorido que sólo era capaz de llorar y gemir por lo que perdería. Se le ocurrió entonces que la isla era muy grande y que, aún cuando se hundiera un poco, él siempre podría refugiarse en la zona más alta.... Cualquier cosa era mejor que tener que irse. Una pequeña renuncia nunca había sido un problema para él...
Así que una vez mas, tocó las piedrecitas de la orilla ... y se arrastró por la arena... y otra vez se mojó los pies en la pequeña playa... que otrora fuera enorme...
Luego, sin darse cuenta demasiado de su renuncia, caminó hacia la parte norte de la isla, que si bien no era la que más le agradaba, era la más elevada...
Y la isla se hundía cada día un poco más.... Y el Amor se refugiaba cada día en un lugar más pequeño...
- “¡Después de tantas cosas que pasamos juntos!- le reprochó a la isla.
Hasta que, finalmente, solo quedó una minúscula porción de suelo firme; el resto había sido tapado completamente por el agua.
Recién en ese momento, el amor se dió cuenta de que la isla se estaba hundiendo de verdad. Comprendió que, si no dejaba la isla, el amor desaparecería para siempre de la faz de la tierra...
Entonces, caminando entre senderos anegados y saltando enormes charcos de agua, el amor se dirigió a la bahía.
Ya no había posibilidades de construirse una salida como la de todos; había perdido demasiado tiempo en negar lo que perdía y en llorar lo que desaparecía poco a poco ante sus ojos...
Desde allí podría ver pasar a sus compañeras en las embarcaciones. Tenía la esperanza de explicar su situación y de que alguna de ellas lo comprendiera y lo llevara.
Buscando con los ojos en el mar, vio venir el barco de la Riqueza y le hizo señas. Se acercó la Riqueza que pasaba en un lujoso yate y el Amor dijo:
- "Riqueza llévame contigo! … Yo sufrí tanto la desaparición de la isla que no tuve tiempo de armarme un barco"
La Riqueza contestó:
- "No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti, lo siento" y siguió camino, sin mirar atrás...
Le pidió ayuda a la Vanidad, a la que vió venir en un barco hermoso, lleno de adornos, caireles, mármoles y florecitas de todos los colores, que también venia pasando:
- "Vanidad" por favor ayúdame".
y la Vanidad le respondió:
- "Imposible Amor, es que tienes un aspecto!...¡ Estás tan desagradable!Tan sucio, y tan desaliñado!... perdón pero afearías mi barco…”- y se fue.
Pasó la Soberbia, que al pedido de ayuda contestó:
- "Quítate de mi camino o te paso por encima!".
Como pudo, el Amor se acerco al yate del Orgullo y, una vez mas, solicito ayuda.
La respuesta fue una mirada despectiva y una ola casi lo asfixia.
Entonces, el Amor pidió ayuda a la Tristeza:
- "¿Me dejas ir contigo?".
La Tristeza le dijo:
- "Ay Amor, tu sabes que estoy taaaan triste que cuando estoy así prefiero estar sola"
Pasó la Alegría y estaba tan contenta que ni siquiera oyó al Amor llamarla.
Desesperado, el Amor comenzó a suspirar, con lágrimas en sus ojos. Se sentó en el pedacito de isla que quedaba, a esperar el final... De pronto, el Amor sintío que alguien chistaba:
- " Chst- Chst- Chst..."
Era un desconocido viejito que le hacía señas desde un bote a remos. El Amor se sorprendió:
- "¿Es a mi?"- preguntó, llevándose una mano al pecho.
- “Sí, sí -dijo el viejito-, es a tí. Ven, sube a mi bote, rema conmigo que yo te salvo”.
El Amor lo miró y le quiso explicar...
-"lo que pasó, es que yo me quedé...
- "Ya entiendo" -dijo el viejito sin dejarlo terminar la frase- “Sube!”.
El amor subió al bote y juntos empezaron a remar para alejarse de la isla. No pasó mucho tiempo antes de poder ver como el último centímetro de la isla se hundía y desaparecía para siempre...
- “Nunca volverá a existir una isla como esta! - murmuró el amor, quizás esperando que el viejito lo contradijera y le dira alguna esperanza.
- “No -dijo el viejo- como ésta, nunca; en todo caso, diferentes …!
Cuando llegaron a la isla vecina, el Amor se sentía tan aliviado que olvidó preguntarle su nombre. Cuando se dio cuenta y quiso agradecerle, el viejito había desaparecido. Entonces el Amor, muy intrigado, fué en busca de la Sabiduría para preguntarle:
- “¿Cómo puede ser? Yo no lo conozco y él me salvó... Todos los demás no comprendían que hubiera quedado sin embarcación, pero él me salvó, me ayudó y yo ahora, no sé ni siquiera quién es...”
Entonces la Sabiduría lo miró largamente a los ojos, y le dijo:
-"Es el único capaz de conseguir que el amor sobreviva cuando el dolor de una pérdida le hace creer que es imposible seguir. Es el único capaz de darle una nueva oportunidad al amor cuando parece extinguirse. El que te salvó, Amor, es El Tiempo....”

Jorge Bucay, del libro “Todo (no) terminó” (Silvia Salinas y Jorge Bucay)




miércoles, 7 de diciembre de 2016

Bizcocho de limón glaseado

Si, otra receta y otro postre... nos estamos resarciendo de esta ausencia de dulce... Hoy os traigo una receta bastante tradicional y con ingredientes de lo mas accesibles para todos.Recetas de bizcocho hay miles, de plátano, de chocolate, de calabaza, hasta de té los he visto.Existen incluso webs específicas que tratan casi solo de bizcochos (http://misbizcochoscaseros.blogspot.com.es/) Apetecen los sabores ácidos, que dan contraste al dulzor de la mezcla base... Podéis decorarlo de múltiples maneras, por poneros una diferente, os incluyo el glaseado de limón, que le da un poco más de intensidad al sabor a limón, que personalmente me encanta. 




Ingredientes:
Para el bizcocho:

  • 175 g azúcar
  • 125 ml de aceite
  • 3 huevos
  • ralladura de 1 limón
  • 175 g harina
  • zumo de 1 limón
  • 1  cucharadita de levadura en polvo
  • 1 pizca sal


Para el glaseado:

  • 80 g de azúcar glass
  • 2 cucharadas soperas de zumo de limón


Elaboración:
En primer lugar, precalentaremos el horno a 180ºC. Luego, mezclamos en un bol el aceite con el azúcar (el aceite se puede sustituir por 125 g de mantequilla, que daría mayor esponjosidad al bizcocho pero también suma más calorías). Posteriormente, incorporamos los huevos y mezclamos bien. Una vez hecho esto, añadimos la ralladura y el zumo del limón. Un inciso aquí, me encanta este rallador del IKEA. Me costó creo que menos de 6 euros, es muy comodo porque en el interior deposita todo lo rallado y se desmonta muy bien con lo que aprovechas lo rallado siempre, sin desperdiciar, sin que se te caiga fuera... ¡me encanta! Me gusta mucho comprar artículos de cocina en el IKEA cuestan cuatro duros y van muy bien.




























Ahora vamos añadiendo poco a poco la harina, levadura y sal y removiendo para que no se formen grumos. Una vez estén bien integrados, es el momento de volcar esta mezcla en el molde para el horno. Aquí bien podemos usar papel de horno para forrarlo o bien untar toda la superficie interna del molde de mantequilla para que al desmoldar no se nos quede parte de la masa pegada en el molde.



Horneamos 45 minutos, primero solo abajo y en los últimos minutos tanto arriba como abajo, de este modo evitaríamos que se abra, abombe  o se queme por la parte superior (cuidado, depende del horno, otros en 20 minutos estaría).

Para adornar el bizcocho se puede optar por hacer un glaseado, en este caso de limón. Como a mi pequeña los ácidos no le gustan y esto pretende resaltar el sabor del limón, dejé parte con glaseado y parte sin glaseado por eso lo veis de este modo. ¿Como prepararlo? No puede ser más sencillo. Vertemos los 80 g de azúcar glass en un bol, añadimos las 2/3 cucharadas soperas de zumo de limón y removemos hasta que se quede una pasta homogénea y de textura gomosa. Esta se deposita sobre el bizcocho una vez lo hayamos desmoldado y enfriado y se queda, despues de un tiempo de reposo como una capa sólida, cristaliza. Ayudaros de una espátula o superficie plana para extenderlo sobre el bizcocho.





lunes, 5 de diciembre de 2016

Piper - Nuevo corto de Pixar Animation Studios

Creo que si sois asiduos al blog habreis visto que me encantan los cortos de animación, especialmente los que vienen de la mano de Pixar, además de ser divertidos para los niños suelen traer una moraleja implícita. 

Hoy os traigo el último corto de Pixar, sobre Piper una pequeña gaviota, pero como es tan reciente, unicamente traigo unos segundos en alta calidad (por youtube lo podréis ver completo pero en condiciones inferiores). Como en el resto de cortos anteriores, han hecho un magnífico trabajo, una delicia. Que gusto que aún se hagan cosas así y no puros efectos especiales sin sentimientos... me evoca aquellas tardes infantiles viendo los cartoons o películas de Charles Chaplin mudas en la dos... y a vosotros, ¿también os gustan los cortos de animación? ¿Soñamos? 



viernes, 2 de diciembre de 2016

Lenguado al horno

Vuelvo después de un tiempo con una de estas recetas rápidas y fáciles de hacer. Últimamente en mi casa hemos decidido llenar el congelador con pescado en filetes o sin espinas, esto último supondréis que es por la pequeña (aunque los mayores nunca hemos soportado el pescado por esto), para que lo tome más a menudo. Además, hoy en día hay mucha mayor variedad si vas a una tienda especializada en congelados y puedes hacerlo cuando puedas, no con el miedo de que se te olvide en algún rincón de la nevera.

Nos estamos aficionando a las recetas de horno porque el aceite que usas es muy poco y al no ser frituras, es mucho más digestivo, así como económico y limpio.

Ingredientes:
4 filetes de lenguado
2 tomates de pera o rama
1 cebolla grande
2 patatas medianas
3 dientes de ajo
150 ml. de caldo de pescado
aceite, sal y perejil picado

Elaboración:
En primer lugar pelamos, lavamos y cortamos en rodajas las patatas, la cebolla y los tomates. Cubrimos de aceite el fondo de una fuente para horno y a continuación, disponemos de una capa de patatas que salamos, otra de cebolla y salamos y una final de tomate tras la cual volvemos a salar y añadimos un chorrito de aceite por toda la superficie.


Introducimos la fuente en el horno, que habrá sido precalentado a 200ºC, y lo dejaremos con calor arriba y abajo unos 20 minutos. Revisamos de cuando en cuando para abrir e ir regando con el caldo la mezcla anterior.


Mientras tanto picamos el perejil si tuviéramos fresco y laminamos los ajos. Una vez se han hecho las patatas en el horno, sacamos la fuente, salamos los filetes de lenguado y los ponemos encima del lecho de patata, cebolla y tomate. Para finalizar espolvoreamos con perejil y regamos de láminas de ajo por encima, añadimos también caldo por encima e introducimos nuevamente en el horno, lo
dejamos entre 10-12 minutos para que se haga el pescado.


Para finalizar, podemos sacar la fuente directamente a la mesa o bien emplatar y servir, como prefiramos. En estos casos, yo suelo escoger sacar la fuente directamente a la mesa para que no se enfríe. 

Tened en cuenta para esta receta que aunque os parezca mucho pescado para dos personas, reducen mucho de tamaño y por tanto, da para poco. 

Un toque muy bueno es sustituir el caldo por vino blanco rebajado con agua. 

Animaros a probar y me contáis, otra receta sana, económica y fácil. 


martes, 15 de noviembre de 2016

Tarta de frixuelos

Tras haber dado a luz, me han dado carta blanca para volver a tomar dulces hasta que hagamos una re-valoración para ver si la diabetes gestacional es en realidad diabetes permanente. Lo normal es que sólo corresponda con la época del embarazo... y ha sido tanto tiempo conteniéndome que claro, la primera receta que hice después del parto no podía ser otra que un postre y vaya postre... puro dulce, que si me ve mi endocrino me crucifica, jajaja.
Esta es una receta tradicional asturiana, se trata de una tarta de capas de frixuelos (algo similar a tortitas, crepes o filloas pero con su toque especial asturiano, finitos, con sabor a anís... depende de la casa) entre cada cual se dispone crema pastelera y en la parte superior una capa de chocolate fundido. (Esta es una de las múltiples sugerencias de presentación/preparación, una de las más tradicionales.)

Ingredientes:
Para los frixuelos:
  • 3 huevos
  • 400 ml leche
  • 200 gr harina
  • 1/2 sobre de levadura Royal
  • 3 cucharadas soperas azúcar
  • 3 cucharadas soperas anís
  • 1 pizca de sal
La receta para la elaboración de los frixuelos podrás encontrarla aquí.

Para la crema pastelera:
  • 1/2 l. leche
  • 2 yemas de huevo
  • 6 cucharadas soperas de azúcar (5 + 1 de azúcar vainillado)
  • 4 cucharadas de maizena + 1 cucharada de flanín (si no, otra de maizena)
  • 1 cucharada sopera esencia vainilla
  • 1 palo de canela
  • Piel de limón
Para la crema de chocolate para cubrir:
  • 100 gr de chocolate para fundir de Lindt
  • 2 cucharadas soperas de leche
Elaboración:
Elaboración de la crema pastelera:
En un cazo calentamos la leche a excepción de un vaso que reservaremos para diluir la maizena previamente. En este cazo añadiremos el palo de canela, el azúcar y la piel de limón. Cuando la mezcla hierva, la retiramos del fuego y la dejamos reposar unos minutos. A continuación la colamos y reservamos. 




Por otro lado, vamos mezclando las yemas en otro bol con el vaso de leche donde hemos disuelto la maizena. Cuando se haya mezclado bien, añadimos un poco de la mezcla anterior ya templada y vamos removiendo constantemente para evitar que cuajen las yemas. Echamos el resto de la mezcla y este bol y ponemos de nuevo al fuego, no dejando de remover constantemente hasta que la mezcla espese. Una vez adquiera la textura de crema, la pasamos a un recipiente y la tapamos con papel film para evitar que forme una película en la parte superior.



Elaboración de los frixuelos:
La receta para la elaboración de los frixuelos podrás encontrarla aquí.

Elaboración de la crema de chocolate:
Introducimos los 100 gr del chocolate en el microondas con la leche hasta que se deshaga. Si, así de fácil!!
Para que la tarta tenga un tamaño para tres/ cuatro personas, estimo en unos 8 frixuelos los necesarios para esta tarta. 

Por último, nos queda el montaje de la tarta. No me compliqué demasiado, con un molde de tarta de teflón (lo usamos para que la tarta quede centrada), vamos colocando un frixuelo y extendiendo crema pastelera por encima, luego otro frixuelo, otra capa de crema.... y cuando finalicemos lo metemos en la nevera un par de horas. Pasado este tiempo, le damos la vuelta sobre una bandeja/ plato y añadimos por la parte superior una buena capa de chocolate. Ya si queréis quedar de libro, podéis aprovechar las claras de huevo para hacer un merengue y darle todavía más empaque a la decoración final. 




























¿Que me decís? ¿Os animáis a probarla? Aunque os puede parecer más laborioso que otros platos que aquí presentamos, es bastante fácil de hacer y en casa os lo agradecerán. Espero vuestros comentarios, ¿soñamos?


jueves, 10 de noviembre de 2016

La Joven Violinista

La entrada de hoy es una historia muy emotiva, de superación que en realidad es un anuncio de champú Pantene Pro V. En Tailandia acostumbran a hacer este tipo de anuncios, ojalá se animasen de este modo en España. No os perdáis la imagen, la historia y la música clásica. Os dejo que lo veais y luego comento el video para no romperos el contenido del mismo.
Se trata de una historia de amistad, de amor por la música pero sobre todo, de superación personal.

En los primeros momentos vemos una niña que contempla admirada un violinista vagabundo tocando mientras rememora los gritos despectivos de su hermana acerca de una redacción que ha preparado. Descubrimos que la chica es sordomuda y que por esas críticas ha dejado de aprender a tocar el violín.

Sin embargo, violinista vagabundo, le pregunta si ya no toca el violín por gestos y ella asiente con vergüenza y confiesa con él sus penas: "¿Por qué soy diferente a los demás?". El vagabundo le responde "¿Por qué tienes que ser como los demás?" Y a continuación, anima a la chica a confiar en si misma " La música es algo visible. Cierra tus ojos y lo verás". Es entonces cuando el Canon de Pachelbel empieza a sonar con mayor intensidad, viendo como crece el espíritu, la música y el afán de aprender de la chica. Podemos percibir su esfuerzo por mejorar. 

Esta historia en la que una joven sordomuda aprende a tocar el violín nos anima a perseguir nuestros sueños, por imposibles que nos parezcan, de luchar con todas nuestras fuerzas por conseguirlos. 


viernes, 4 de noviembre de 2016

Crema de champiñones

Tras un pequeño paréntesis, en el medio del cual he sido mamá por segunda vez y he modificado el diseño del blog para hacerlo más minimalista y limpio, vuelvo a incluir una receta de las de toda la vida, con un sabor muy suave, que apetece en estas fechas para cenar. Ligera y muy sana, os incluyo la receta de la crema de champiñones.
Ingredientes:
350 g de champiñones
1/2 cebolla
2 puerros
500 ml de caldo pollo
aceite de oliva virgen
150 ml de leche evaporada
sal
pimienta negra
Elaboración:
En primer lugar, lavamos y si fuera necesario, laminamos los champiñones. Reservamos tres láminas de champiñones para decorar por cada comensal. Picamos la cebolla y el puerro y las ponemos a pochar durante dos o tres minutos hasta que se ablanden un poquito.
A continuación, añadimos los champiñones y removemos bien con la verdura hasta que estos también se pochen, se reduzca su tamaño. Posteriormente, agregaremos el caldo de pollo, la sal, la pimienta y la leche evaporada, removiendo de vez en cuando. A esta mezcla la dejaremos cocer alrededor de 20-30 minutos. 
Por otro lado, saltearemos los champiñones que habíamos apartado anteriormente y reservamos. comprobamos la cream de sal y pimienta y rectificamos si es necesario. Luego lo pasamos por la batidora y para que quede bien fina, la batimos bien. En caso de que lo quisiéramos más fino, lo pasaríamos por el pasapurés. Servimos con los tres champiñones salteados en cada plato y voilà ya tenemos una cremita deliciosa para una cena de otoño/invierno. 







miércoles, 26 de octubre de 2016

Ensalada de tomate con mozzarella

¿Que tal estáis soñadores? No os quejaréis, últimamente os traigo muchas recetas sanas, fáciles y ricas para mejorar la forma, eh? La de hoy es todo un clásico italiano que generalmente se utiliza de entrante a otros platos de pescado o carnes (nosotros lo solemos anteponer también a un buen plato de pasta). Un punto favorable adicional es que se tardan 5 minutos en prepararla y no exagero en absoluto. En segundo lugar, veréis que los ingredientes que lo componen son sencillos, luego es una receta muy barata. Y por último pero no menos importante, es una receta muy sana, saludable y natural, de la que obtendremos una de las cinco raciones diarias de frutas y verduras recomendadas por las autoridades en nutrición.
Ingredientes:
3 tomates de ensalada (mejor si son de huerto, claro)
Una bolsa de mozzarella ( en mi caso, lo compré en mercadona)
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre balsámico de módena
Sal
Pimienta negra molida
Albahaca

Elaboración: 
En primer lugar os muestro como viene envasado el queso mozzarella, flotando en su propio suero para que se conserve perfectamente. Apenas tiene sal, es del tipo del queso fresco y el sabor es muy suave, es para todos los paladares. 
Limpiamos y pelamos los tomates con un cuchillo bien afilado (aquí al gusto de cada uno, prefiero quitarle la piel al tomate).
Luego lo primero que tenéis que hacer es cortar el queso, porque en función de lo gruesas que sean las rodajas de queso tendremos que usar más o menos tomate y esta ensalada se suele presentar con el tomate intercalado con el queso, deberían estar equiparadas las rodajas de queso y las de tomate.
Colocamos, alternando el queso y el tomate en una fuente o plato amplio, hasta terminar. 
Aliñamos con un poquito de sal, pimienta y albahaca (esta sería mejor fresca, emite más aroma, pero ya veis que yo recurrí a la seca, lo que tengáis.) Por último, añadimos un buen chorro de aceite de oliva virgen y en el centro dejamos un poquito de vinagre balsámico de módena para el que le guste (a mi es que el vinagre me priva).


lunes, 24 de octubre de 2016

Magro de cerdo con tomate

Hola a todos, os traigo nuevamente una receta, esta es de esas recetas de toda la vida que de uno u otro modo se han hecho tradicionalmente en todas las casas, no me digáis que no, deja un olorcito en casa mientras la estás haciendo... Está muy rica, se prepara en nada y su resultado en muy bueno, ya si lo acompañáis de una ensalada tenéis un menú completo. Y tiene salsita rica para mojar, o sea que ya sabéis, a darle al pan que no engorda como nos han querido meter en la cabeza.

Mi marido es muy tiquismiquis con las comidas, pero cuando algo le gusta, no se cansa de ello. Pues cuando se lo hizo, lo cenó, lo comió y lo volvió a cenar el día siguiente. Y es que esta salsita, que no deja de ser como un pisto está riquísima, en mi casa triunfa. Yo lo hice con magro de cerdo, pero con ternera, pollo o incluso bonito, tiene que estar de muerte.Ya me contaréis. 

Ingredientes:
1kg de magro cerdo
1 cebolla
1 pimiento rojo
1 pimiento verde
500 g de tomate frito
1 diente de ajo
1/2 vaso de vino blanco
sal
pimienta negra
tomillo (opcional)
aceite oliva

Elaboración:
En primer lugar salpimentamos la carne al gusto. A continuación, añadimos aceite a una olla, que cubra bien el fondo y sofreímos la carne a alta temperatura para que ésta se quede sellada. Cuando lo esté, la sacamos y reservamos en una fuente.

En esa misma olla, echamos un poco más de aceite y en él rehogamos la cebolla picada y el ajo hasta que cojan color. Añadimos luego el pimiento verde y rojo troceado y rehogamos todo junto unos dos/tres minutos, hasta que comience a ablandarse, para añadir en este momento la carne y el caldo que ésta haya podido desprender y rehogamos nuevamente para que se integre con el resto de la verdura.Una vez hecho ésto, añadimos el vino a fuego medio alto para que hierva y así se evapore el alcohol.


En último lugar, añadimos la salsa de tomate y si lo consideramos podemos añadir una pizca de tomillo. Dejamos cocer a fuego bajo (para que hierva lo mínimo) hasta que la carne se quede blandita (yo la dejé en torno a 1 hora/ 1 hora y media), revolviendo de vez en cuando para que no se quemase. Si la carne se quedase seca, podemos añadir más tomate o agua a la olla.


Risotto a la milanesa con champiñones

Pues parece que estos días me he animado con las recetas de nuevo, supongo que el que empiecen a bajar las temperaturas ayuda a ello, porque vaya verano que hemos pasado aquí en Madrid, inspiraba poco para ponerte al lado de una cocina.

Creo que la receta de hoy es de las pocas que he colgado de arroz, cosa imperdonable por mí porque, junto con la pasta es de lo que más me gusta. Como siempre, el buscar algo sencillo de preparar y con ingredientes al alcance de la mano es lo que prima. 

El risotto a la milanesa tradicional suele incluir arroz, queso parmesano, azafrán o mantequilla, vino blanco, un caldo de verduras o pollo y sofrito de cebolla/ajo. En esta ocasión me decanté por añadir una nuez de margarina en lugar del azafrán porque me apetecía sobre todo que me quedase cremoso, esa untuosidad que tiene el risotto. También diré que el arroz indicado para este tipo de plato sería de tipo arborio, pero en su defecto he utilizado un arroz redondo/ bomba. Por último, le he añadido unos champiñones porque me apetecía, por darle un poco más de colorido y sabor al conjunto, por lo que la receta no es para nada la tradicional pero os puedo asegurar que me ha sabido a gloria. 

Para los que no estéis familiarizados con el risotto, os diré que básicamente, lo que vamos a hacer es pochar la cebolla/ajo, añadir el arroz, el vino y luego, poquito a poco, incorporar el caldo caliente. Removeremos el risotto constantemente con cada cazo de caldo caliente para que lo vaya integrando en el arroz con movimientos circulares. Por último añadiremos el queso y la margarina (o mantequilla). No es nada complicado pero requiere estar ahí pegado al fuego durante al menos 25 minutos. 

Ingredientes:
400 g arroz
1 cebolla
200 ml vino blanco
60 g mantequilla
60 g parmesano
1,5 l de caldo de pollo o verduras
aceite de oliva
sal
pimienta


Elaboración:
Sofreímos la cebolla picada y el ajo picado con un par de cucharadas de aceite. Una vez que esta comience a dorarse, añadimos los champiñones a la olla, los removemos. 

Por otro lado, en otra olla, si utilizamos pastilla de caldo, vamos ddisolviendo esta en 1'5 l de agua caliente. En nuestro caso, utilizamos caldo de verduras de Knorr, pero siempre es mejor un buen caldo natural.

Una vez hayamos rehogado los champiñones, añadimos el arroz y lo sofreímos hasta que éste quede traslúcido, añadiendo a continuación el vino blanco. Dejamos recudir este removiéndolo para que el arroz suelte el almidón y vamos añadiendo caldo poco a poco  y removiendo. En este punto salpimentamos. 



Una vez se haya consumido el caldo, continuamos añadiendo otro poco y removiendo constantemente hasta que se haga el arroz, que será en unos 20/25 minutos. 


No tiene que quedar al dente, lo vamos cociendo a fuego medio, removiéndolo de cuando en cuando y una vez tengamos el arroz hecho, lo apartamos del fuego, añadimos la mantequilla y el queso y removemos bien para que se integre y nos quede bien cremoso. 
Para que se haga bien, bajé bastante el fuego y aproveché un poco de caldo para remover todo junto y que tanto el queso como la mantequilla se hagan un poco y apenas se perciban. En el último punto, rectificamos de sal si fuera necesario.