Mientras soñaba Un espacio para compartir todo aquello que se me pase por la cabeza. Pensamientos, viajes, naturaleza, cocina, moda, música... ¡Anímate a soñar conmigo!

jueves, 31 de julio de 2014

Zaz

Estos días son propios para salir a disfrutar del buen tiempo en la calle, en la montaña, en la playa... La alegría y las ganas de disfrutar de nuestra tierra es propio de nuestra naturaleza. Más o menos en esto estaba pensando cuando, oyendo una entrevista de Juan Ramón Lucas en su desaparecido y añorado "En días como hoy" , la persona entrevistada del día escogía una canción que le gustase mucho.Reconozco que no estaba escuchando con mucho interés la entrevista a Inés Sabanés, antigua diputada por Madrid de IU que se pasaba a Equo, hasta que comencé a escuchar la alegre canción que nos había sugerido. Se trataba de la cantautora francesa Isabelle Geffroy, conocida artísticamente como Zaz, y su canción "Je veux". Clasifican su música como una mezcla entre la canción francesa y el gypsy jazz. Esta canción y su video es representativa de su música, toda optimismo, ritmo y voz en la calle. 






Esta cantante de voz rota que te llega al alma se anima también con canciones más lentas... que maravilla este "Eblouie par la nuit" con unas imágenes maravillosas de París.


Y por poner otro tema también representativo pero menos conocido, os propongo el movido "Ni oui ni non"

Además, participó en la banda sonora de Hugo, una maravillosa película sobre la historia del cine y en especial, de la época de Lumière, totalmente recomendable. Ben Kingsley no deja de sorprenderme. Encuentro ensoñadora la canción, con ese aire de cuento de hadas que tiene también la película. En resumen, esta artista me tiene enamorada y no falta en la música que me ayuda a centrarme en el trabajo día a día, así es una maravilla!
Espero que la disfruteis tanto como yo.





domingo, 27 de julio de 2014

El peluquero generoso

Un día, un florista fue al peluquero a cortarse el pelo. Después del corte de pelo pidió la cuenta y el peluquero le contestó:- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario.El florista quedó agradecido y se fue.Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta.

Al día siguiente,  entró un panadero para cortarse el pelo, y cuando fue a pagar, el peluquero respondió:- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario.El panadero se puso contento y se fue.A la mañana siguiente cuando el peluquero volvió, había una nota de agradecimiento y una docena de croissants esperándolo en la puerta.

Entonces un diputado fue a cortarse el pelo y cuando fue a pagar el peluquero nuevamente dijo: - No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El diputado, contento, se alejó.

Al día siguiente, cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de senadores, 10 diputados, 15 concejales, el alcalde con sus consejeros, la esposa del alcalde y 6 hijos , haciendo cola para cortarse gratis.



Esto, querido amigo, muestra la diferencia fundamental que existe, actualmente, entre los ciudadanos comunes y los miembros del "honesto" grupo de ciudadanos que nos gobiernan. 

Por favor, en las próximas elecciones , vota con cuidado...y escoge con conciencia

¡Tú decides !
1- El ladrón vulgar te roba: El dinero, el reloj, la cadena, el coche, el móvil y cualquier bagatela más.
2- El Político te roba: La salud, la vivienda, la educación, la pensión, la recreación, el trabajo y hasta la conciencia.

1.-El primer ladrón te elige... ¡A TI!
2.- El segundo ladrón... ¡LO ELIGES TÚ!





Y sobre todo, vota, vota con conciencia, pero no descuides tus derechos. Debería ser obligatorio votar para que de una vez todos seamos conscientes de que se puede cambiar y de las repercusiones que tiene el votar o no votar. 



martes, 22 de julio de 2014

Recuperar la amabilidad

La semana pasada publicaba un cuento acerca de como el estar motivado y con ilusión en tu trabajo puede repercutir en tu vida, lo difícil que hoy en día es encontrar una vía que facilite esa ilusión para continuar. Me comentaba una persona al repecto de este tema, lo difícil que es, máxime en una sociedad que ha perdido el referente en cuestión de valores. En este punto final no puedo estar más de acuerdo, creo que estamos pasando por una de esas crisis como finales de la Edad Media y creo y espero que llegará el Renacimiento. Porque es una crisis de valores, de interés por aprender, por vivir, por el otro... 

Por eso, cuando a las pocas horas de leer este comentario me topé con este artículo, supe que tenía que transmitirlo, para ver si poquito a poco, se hace algo.Creo que este punto que indicaba el artículo, la amabilidad, es un buen comienzo. Yo que soy de pueblo muy pequeño, noté mucho la diferencia en la interrelación con otras personas al trasladarme a Madrid. No sé, a mi me educaron con el gracias, por favor, perdone... No van a ningún lado, pero me parece tan brusco entrar a un local comercial sin saludar, que un vecino en mi portal no me salude o que solicites cualquier artículo en una farmacia o un restaurante y no digas un por favor... Esto es lo mínimo... 
Os incluyo el artículo de Claudia Truzzoli acerca del tipo de relaciones personales que predomina hoy en día en nuestra sociedad del desarrollo. Espero que sirva para Recuperar la amabilidad.



RECUPERAR LA AMABILIDAD

" Todos nosotros - a pesar de que constatemos íntimamente lo vulnerables que podemos ser en determinadas ocasiones y la necesidad que sentimos de cariño, afecto, cordialidad, amor.... - parece que estemos obligados a transmitir lo contrario en nuestra vida pública. En ella hacemos gala con mayor frecuencia de unas maneras individualistas, negando lo que nos haría falta y siendo víctimas de la ilusión de ser autosuficiente. Ilusión, por otra parte, fomentada por los mensajes que recibimos, que se dirigen a despistarnos de nuestras verdaderas necesidades y deseos para llevarnos a consumir objetos con implícitas y engañosas promesas de felicidad. Se pretende desplazar nuestras necesidades del ser al tener.

Cualquiera que haya intentado comprarse algo con un estado de tristeza o en un momento de vacío, habrá comprado lo poco que duran esas promesas de satisfacción. No podemos cubrir nuestras carencias con objetos de todo tipo. Ninguno de estos artilugios nos puede proteger del dolor de las necesidades insatisfechas, tampoco será capaz de erradicar las más elementales necesidades de comunicación con nuestros semejantes.

Aunque no somos una tabla rasa donde la cultura escribe sus mandatos sin más, es cierto que las subjetividades cambian cuando los hechos sociales determinan situaciones que nos afectan en lo mas cotidiano, como está pasando ahora. La vida de muchas personas está siendo hoy precarizada - como resultado de la tiranía del mercado-, y al mismo tiempo se produce un fenómeno de insolidaridad, un aumento del egoísmo que, paradójicamente, no se dirige a las necesidades de supervivencia sino a un aumento del deseo de objetos que, simbólicamente, den sensación de poder, de estatus, como buscando en ellos una satisfacción que hace un cortocircuito con el verdadero lazo social.

La falta de calor con los demás, de las buenas maneras, de amabilidad, es notoria. Estamos viviendo unos tiempos donde parece reinar como costumbre una indiferencia generalizada, una anestesia social que invade todos nuestros contactos con los demás. Saludamos sin recibir respuesta en muchas ocasiones, nos atropellan y nos quedamos esperando una disculpa que no llega, tenemos una gentileza con alguien o le hacemos un favor y la palabra Gracias brilla por su ausencia.

Esas actitudes ásperas y egocéntricas contribuyen a acrecentar un espacio común hostil que entorpece las relaciones sociales y aumenta la soledad. Si faltan la amabilidad y la cortesía en el trato social, nos queda el refugio en la intimidad, pero desprovisto de alegría susceptible de buscar compensación en contactos instantáneos, ilusorios y múltiples, como los que permiten las redes en internet. Esas suplencias de los verdaderos lazos sociales actúan como los síntomas de una enfermedad: benefician en algo y, a la vez, privan de algo.

Pero es verdad que debilitan nuestros recursos para las relaciones reales, siempre exigen de nosotros un trabajo de adaptación, de pactar con diferencias, de renunciar a un ideal relacional elaborado en función de nuestros deseos con la esperanza de que otros encajen en él. Si pudiésemos lograrlo, seríamos más amables en el trato social.

Con demasiada frecuencia veo en las expresiones de las personas las arrugas que son testimonio de su amargura, en lugar de las marcas que deja en los rostros la risa. Miradas temerosas, solitarias.... También es frecuente ver a la gente joven ensimismada, con los auriculares que los aíslan del exterior... En cierta ocasión, una niña me increpó un día que yo misma iba con mis auriculares puestos mientras esperaba un autobús. Me dijo a voz en grito: "Así no me escuchas".

Esa niña pequeña fue la mejor crítica espontanea de nuestras costumbres. Me conmovió, pero también me avergonzó haberme olvidado de que pueden sentirse más indefensos que nadie en un mundo que, con estas actitudes de aislamiento, expresa de manera muy evidente su individualismo.  Le sonreí y le pedí disculpas, prometiéndole que únicamente los usaría cuando estuviera sola en casa, así podría ayudarla si me necesitaba. Ella me miró de una manera rara, tal vez porque no estaba acostumbrada a que alguien conocido le diera explicaciones amables.

Tenemos que recuperar un mundo más cálido. Sería una buena manera de combatir la indiferencia que se ha colado como valor predominante en las relaciones sociales, donde ser cool, mantener la compostura y el autocontrol, dan un toque elegante de distinción.

La suspensión de la actividad amable tiene como efecto una sensación de soledad aumentada y un repliege espontáneo de nuestro buen talante que se reserva a un circulo  cada vez más reducido de personas. Esto genera, a su vez, una exclusión creciente de aquellos que no forman parte de nuestros allegados, con el efecto desagradable y poco saludable de pérdida de la disponibilidad afectuosa, que es la base de la amabilidad nos genera una percepción de los demás como personas hostiles, lo que nos mueve a defendernos, bien con una evitación fría, bien mediante una actitud agresiva. De este modo, se potencian asimismo las actitudes fóbicas hacia los demás.

Aunque resulta más sencillo seguir la corriente del aislamiento, no es precisamente lo más saludable. La actitud más sana sería - en lugar de esperar que el mundo cambie- tratar de ser agentes activos para conseguir aquello que nos gustaría modificar; tratar a los demás como nos gustaría ser tratados y no al revés, esperar que el mundo se muestre amable para corresponderle con un buen trato. Cambiar nuestra manera de posicionarnos frente a los otros suele cambiar la respuesta que recibimos de ellos.Y aunque no sea así, la falta de amabilidad debería achacarse a dificultades propias de quien no puede serlo, en lugar de hacer acuse de recibo del rechazo, algo que podría afectar a la valoración que tenemos de nosotros mismos.

Cuando se trata de comunicarnos, surgen también las dificultades propias de la interpretación sus palabras o actos. Los hechos nunca son incontrovertibles sino susceptibles de ser interpretados, el germen de los malentendidos que generan displacer. El problema de la interpretación es que se mueve a un nivel puramente imaginario y depende de nuestras creencias y fantasías, no de lo dicho o hecho por los demás.

Son muchas las personas que convierten lo que suponen en certeza, no se plantean que las acciones pueden tener un sentido diferente al que le atribuyen. Y reaccionan movidas por esa certeza. Y van edificando muros de incomunicación que resultan nefastos para crear cercanía. Saber que está presente nuestro juicio en las palabras dichas por los otros es un buen remedio para escapar de esta atribución errónea de la realidad.

Una relación real con el otro nos pone a prueba, ejercita la paciencia y da trabajo. Y aunque eso nos enriquece porque potencia nuestros recursos adaptativos, muchos prefieren la soledad narcisista y fabrican un mundo a medida, habitable solo para personas a las que estos solitarios visten con los ropajes que la imaginación les dicta, en función de sus propios anhelos.

La era de internet permite la dispersión, la facilidad, el anonimato.... Esto también puede limitar, suplir los encuentros reales con los demás y debilitarnos para afrontar nuestra soledad.

Además, la promesa de un contacto ilusorio es el espejismo de una compañía que pocas veces lo es. El uso que hacen de las redes sociales quienes buscan cariño, sexo, cordialidad, amistad, sería menor si nuestro mundo social ofreciera mas dosis de amabilidad."  

CLAUDIA TRUZZOLI
Psicóloga y psicoanalista.










jueves, 17 de julio de 2014

La casa imperfecta

Un maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para retirarse a disfrutar su pensión de jubilación. Le contó a su jefe acerca de sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera.

El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacia. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.

Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, querido amigo ---dijo-. Es un regalo para ti".

Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que había construido!

Reflexión:
A veces construimos nuestras vidas de manera distraída, sin poner en esa actuación lo mejor de nosotros. Muchas veces, ni siquiera hacemos nuestro mejor esfuerzo en el trabajo. Entonces, de repente, vemos la situación que hemos creado y descubrimos que estamos viviendo en la casa que hemos construido. Sí lo hubiéramos sabido antes, la habríamos hecho diferente.

Sería interesante conseguir actuar como si estuviésemos "construyendo nuestra casa".
La vida es como un proyecto de "hágalo-usted-mismo". Tu vida, ahora, es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado. ¡Tu vida de mañana será el resultado de tus actitudes y elecciones de hoy!



domingo, 13 de julio de 2014

Salsa de tomate de María Luisa García

Si hay un libro de recetas conocido en Asturias y que está prácticamente en todas las casas es el recetario "El arte de cocinar" , de María Luisa García, una asturiana que empezó dando cursos de cocina y que escribió tres tomos de "El arte de cocinar" allá por los setenta. Es como la Biblia de la cocina en Asturias. En mi poder obra la primera parte, que ya tiene unos años y ya iba por la vigésimoquinta edición. Doy fe que en Asturias sigue a la venta y creo recordar que va cercana a la trigésima edición. ¿Que por qué todo esto? Porque se trata de recetas del día a día, sencillas, con alimentos que todos tenemos a mano, baratos y que salen bien. Y porque se merece salir en el blog (aunque yo no sea una cocinitas) por todo lo anterior y para hacer honor a recetas sencillas, sencillas.Para receta sencilla, traigo hoy una de las dos maneras que indica el recetario para la salsa de tomate. 
Que no os asuste el color con el que ha quedado la salsa. Como no tengo chino o pasa-puré, lo he hecho con batidora y parece que se oxida más y queda con este color anaranjado en lugar del rojizo del tomate.
Ponemos en una sartén un poco de aceite y añadimos a la misma cebolla picada y dejamos sofreír a fuego medio. Cuando vemos que está blandita (pero no dorada), añadimos el tomate cortado en trozos. A continuación, machacamos un diente de ajo y  un poco de perejil en el mortero, con un poco de vino blanco. Se lo añadimos a la salsa, le añadimos sal y una pizca de azúcar (para la acidez) y se cuece hasta que espese. Tenemos que ir removiendo cada poco para que no se queme la salsa. Por último lo pasamos por el pasa-purés o por la batidora, como es mi caso y ya está lista para acompañar tanto carnes como pescados (ummm, ahora que viene la temporada de bonito, con esta salsa estaría de muerte...)

La prueba del delito




miércoles, 9 de julio de 2014

Fragmento de Mas allá de los sueños

Una película con unos cuantos años que me encantó y me encanta, que es muy triste y es un homenaje al amor eterno. 
Os un fragmento de la película y el trailer, para el que se anime a verla. 
Hay cosas que tengo que decirte: Te pido perdón por las cosas que no te di, no te haré sonreír. Sólo quería envejecer a tu lado para que pudiéramos reírnos viendo cómo se nos arrugaba el cuerpo, juntos hasta el final, en el lago de nuestro cuadro -ése era nuestro cielo, ¿sabes?-; se echan de menos muchas cosas, libros, siestas, besos, ¡Discusiones, oh Dios! Las hemos tenido buenas...
Gracias por eso, gracias por cada detalle, gracias por ser alguien de quien siempre he estado orgulloso, por tu coraje, por tu dulzura, por lo guapa que has sido, porque siempre he querido acariciarte... Dios, eras mi vida...
Te pido perdón por las veces que te he fallado, en especial por ésta...Las buenas personas acaban en el infierno porque no saben perdonarse a sí mismas. Yo no puedo, pero te perdono a ti... porque eres tan maravillosa que un hombre preferiría el infierno al cielo solo por estar contigo.



sábado, 5 de julio de 2014

El héroe anónimo

Hace unos días me encontré por casualidad con este bonito video. Quizás sea uno mas de tantos como circulan por la red ahora que todos pretendemos tener nuestro lado espiritual, pero, a veces, creo que cosas como estas pueden suceder, que al final el karma te devuelve antes o después lo que das, para bien y también para mal. Por eso, en la medida de lo posible, ayudemos al de al lado que en algún momento nos sorprenderemos del efecto que puede llegar a tener y sobre todo, la sensación gratificante que tiene el ayudar al otro, no hay dinero que lo pague.

Porque no importa lo lejos que lleguemos con la civilización, no habrá nada que sustituya la sensación de las cosas bien hechas.



miércoles, 2 de julio de 2014

Fragmento de American Beauty

Una película que me encantó de principio a fin, esa crítica a la típica familia de clase media americana obsesionada con guardar las formas, tener buenos trabajos, buenas casas y el futuro que todo el mundo espera para ellos. Así de frustrado estaba el padre cuando lo despiden y comienza una fase de rebeldía que le llevará a estar más vivo que en los últimos diez años de su vida... aunque termine como pongo a continuación... Tiene fases de la película que te hace reflexionar... me encanta esta.
"Supongo que podría estar bastante furioso con lo que me pasó, pero cuesta seguir enfadado cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces siento como si la contemplase toda a la vez y me abruma, mi corazón se hincha como un globo que está a punto de estallar. Pero recuerdo que debo relajarme y no aferrarme demasiado a ella, y entonces fluye a través de mí como la lluvia y no siento otra cosa que gratitud por cada instante de mi estúpida e insignificante vida. No tienen ni idea de lo que les hablo seguro, pero no se preocupen, algún día la tendrán..."